Secciones
Servicios
Destacamos
Íbamos al médico al día siguiente de caer enfermos. Supongo que sencillamente llamabas y te daban cita y entonces –casi siempre de la mano de ... mi madre– caminábamos hacia el Rodríguez Paterna. Para llegar hasta allí a comienzos de los 90 había que atravesar la tierra de nadie, un umbral invisible que te arrojaba de golpe en una ciudad distinta con soportales mugrientos y callejuelas ruinosas, y esa travesía alucinante, vista desde los ojos de un niño, hacía que el mero acto de llegar al médico provocara ya en el cuerpo un cierto alivio sanador.
El empeoramiento de la sanidad pública es un problema común en el conjunto de España, tanto que se ha convertido ya en uno de estos rasgos que todavía nos identifican como un mismo país como las patatas bravas, las verbenas de verano o las averías ferroviarias. Seguirá este deterioro hasta que no haya un gran pacto nacional y las comunidades dejen de participar en la subasta de profesionales sanitarios como si esto fuera el draft de la NBA. No se puede jugar así con la salud de los ciudadanos ni faltar al respeto a su inteligencia, porque nos enredan con promesas y declaraciones y yo estoy ya como el David Copperfield de Dickens cuando explica su experiencia al transcribir los discursos parlamentarios para un periódico: «Dejo constancia de predicciones que jamás se convierten en realidad, declaraciones que jamás se cumplen, explicaciones que sólo pretenden desorientar».
Hay pocos ejemplos más crudos que este para comprobar cómo hemos perdido calidad de vida en España. La odisea hoy no está en el camino por un Casco Antiguo sembrado de jeringuillas y casas de prostitución, la aventura comienza en el teléfono y la aplicación porque pedir cita con el médico hace que la palabra 'paciente' resuene hoy como una especie de chiste en su doble acepción: el que sufre alguna enfermedad y el que sabe esperar contemplando los relojes derretidos de Dalí. Es cierto que Riojasalud ofrece la opción de avisar para que te busquen hueco urgente, pero la realidad es que la atención primaria, el médico 'de cabecera' (el viejo galeno que se acercaba al cabecero de la cama para tomar el pulso y auscultar el corazón) está hoy más lejos que nunca.
La Plataforma en Defensa de la Sanidad Pública en La Rioja ha iniciado una serie de concentraciones para pedir que la cita se ofrezca en un máximo de 48 horas. Parece una reclamación menor pero es que llamar al médico porque tienes fiebre y dolor de garganta y obtener como respuesta una cita para dentro de diez días es la clase de desastres modernos con los que hay que lidiar hoy, un universo de maravillas y absurdos que forman parte de nuestro realismo mágico cotidiano; una cosa inimaginable hace 35 años.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
La Unidad de Trasplantes de Valdecilla, premio Cántabro del Año
El Diario Montañés
Publicidad
Publicidad
Destacados
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.