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Ábalos entró en la sala de prensa, colocó sus papeles sobre el atril y de repente empezó a hablar con la voz de un muerto, ... un muerto que aún respiraba lenta y dramáticamente lanzando miradas torvas en esas pausas que hacía como de capo mafioso. La mafia y toda su mitología siempre son un buen espejo para esta clase de escándalos, que en España se suceden a una velocidad grosera porque no dejan tiempo para que sedimenten y podamos observarlos en toda su dimensión. ¿Quién recuerda hoy a Tito Berni? ¿Cómo hemos pasado de golpe hasta la última película de Torrente sin terminar la anterior? Entre las palabras de esa pregunta encuentra uno la primera revelación: nuestra corrupción se parece casi siempre mucho más a las historias grasientas de Santiago Segura que a los guiones de Coppola.

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larioja Los personajes así