Cena de corresponsales

Esta semana acompañé a Marcelino Izquierdo en la puesta de largo de su libro 'La Rioja en la Historia (Como nunca te la habían contado)'. A pesar de que la tarde del martes fue muy lluviosa y desapacible, el Ateneo Riojano se abarrotó con un público que escuchó, preguntó, aplaudió, compró el libro e hizo fila para llevárselo a casa con la firma del autor. Esta vez fue con Marcelino, pero he observado lo mismo al presentar en sociedad los libros de Jorge Alacid o de Manolo González y siempre me causa mucha impresión ver multitudes reunidas en torno al viejo fenómeno de compartir palabras escritas sobre papel. Lo ha dicho el periodista y escritor Antonio Valderrama, en esta tiranía de lo digital el libro sigue siendo el objeto de prestigio cultural por excelencia, y los políticos conocen perfectamente que esto aún nos apasiona a mucha gente.

Tengo en casa 'Manual de resistencia', el libro anterior de Pedro Sánchez que tampoco escribió Pedro Sánchez y lo he estado repasando esta semana como Robert Redford en la película 'Los tres días del Cóndor' en la que interpreta a un agente de la CIA que tiene que leer novelas para analizarlas y tratar de encontrar en ellas mensajes cifrados o información encriptada. En el capítulo siete, Sánchez regala esta perla a los lectores: «Ahora se llaman 'fake news', pero siempre se llamaron 'bulos'. Uno de los más dañinos que he sufrido en mi vida política, y ha habido varios, fue el que se difundió aquel verano de 2016 y que aseguraba que yo estaba dispuesto a pactar con los independentistas e incluso a formar Gobierno con ellos». Sánchez frente a Sánchez por enésima vez como un Dorian Gray impecable contemplando su retrato decrépito de un pasado lejanísimo; lo dice él mismo en el libro, enfrentarse a alguien así equivale a luchar contra un fantasma. Lo mejor es que si un día lo escuchamos, con esa voz sedosa que adopta para matizar, y señala que él nunca escribió eso de los independentistas estará, curiosamente, diciéndonos la verdad.