No es que la Iglesia tenga varias caras; es que la televisión estatal en España muestra una sola cara, la cara negativa. Cuando llega una fecha como la de hoy, Día del Domund, con la carga de universalidad que conlleva, no puedo por menos que ... echar en falta la veracidad, la objetividad, la elegancia que debe mostrar un medio de comunicación que pagamos todos los contribuyentes españoles. Todos.
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Me explicaré. Un cura –uno solo– ha hecho «el berzas» apareciendo en una misa virtual con sombrero y gafas de sol. Qué cachondeo se gastaron los contertulios de 'Los desayunos de la TVE'. ¿Por qué no informan con la misma prolijidad de la actuación generosa de miles de curas en lo que va de marzo hasta hoy con ocasión de la pandemia? En toda España, párrocos y no párrocos han puesto todos los medios –jugándose la vida muchos de ellos– para que los enfermos fuesen atendidos, para que los familiares pudieran despedirse de sus seres queridos, para que muchas familias en situación de extrema necesidad tuviesen algo que echarse a la boca, para que temporeros tuviesen un sitio para descansar algo al menos. Todo esto lo han hecho curas, monjas y frailes que son el verdadero rostro de la Iglesia, y de los que estos medios partidistas no quieren Informar. A este respecto, ¿alguien me puede explicar por qué motivo las iglesias, en algunas comunidades, han quedado reducidas a un tercio del aforo en tanto que bares y restaurantes a un 50%? ¿Por qué? Y que conste que no tengo nada contra bares ni casas de comida.
Al día de hoy ya estamos hartos de botellones y similares, de los que se informa hasta la extenuación. ¿Qué razón hay para que la tele no diga ni media palabra de un chaval italiano, Carlos Curtis, que ha muerto de leucemia a los quince años, que ha hecho un bien inmenso a otros de su edad utilizando las nuevas tecnologías, dando ánimos y transmitiendo valores humanos y cristianos sin sermones, solo con su ejemplo personal, su alegría y su valentía de fe, y que acaba de ser elevado a los altares? ¿Por qué razón muchos medios no hablan de esta cara de la Iglesia?
Y ya vamos con los misioneros/as, que son la joya de la Iglesia. Este año, las ya populares huchas del Domund no han podido salir a la calle. Por otra parte, también es un handicap grande el hecho de que el aforo de las iglesias se ha limitado, como es una dificultad añadida el que los misioneros no hayan podido visitar los colegios, así como las precauciones que hay que tomar con el dinero en efectivo. Todo esto junto ha constituido un gran reto para la campaña del Domund este año. Y ¡ojo!, no hay que olvidar que a día de hoy las necesidades de la Iglesia en misiones se han multiplicado; cada vez hay más pobres, más enfermos, más parados, más refugiados. Por si había poco, añádase la guerra absurda –todas lo son– de Armenia y Azerbaiyán,
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El curso pasado la Iglesia española envió a misiones la nada desdeñable cantidad de diez millones y medio de euros que junto a la que envía USA es más de la mitad del fondo universal del que pueden disponer los más de doce mil misioneros/as españoles y los 180 riojanos.
Colaborar con el Domund no es un acto de caridad sin más: se trata de participar de forma activa en la misión de la Iglesia (el verdadero rostro de la Iglesia) con el dinero, con el tiempo y también –¿por qué no?– con la oración. Este año las cosas no van a ser fáciles. Pongamos más empeño. El nuevo nuncio en España, que antes lo ha sido en varios países de misión, ha afirmado rotundamente como buen conocedor del tema que «el dinero enviado ayuda a construir escuelas, parroquias y centros de salud allá donde los gobiernos no llegan».
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