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En la obra maestra que es la película 'El Apartamento' hay una escena soberbia. El protagonista, Bud Buxter, aparece canturreando y silbando en su cocina mientras prepara unos espaguetis, los echa sobre una de esas antiguas raquetas de tenis de madera para escurrirlos y, sumido ... en su alegre tarareo, termina poniéndolos en un plato a la voz de '¡Tachán!'. Esa felicidad despreocupada de un personaje con una vida tan triste es un triunfo gigantesco y, en el fondo, un acto de rebeldía, por eso me producen tanta simpatía las personas que van por la calle silbando o tarareando algo; son insurrectos, indómitos, felices desobedientes en un mundo de quejicas.

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larioja CANTAR, SILBAR