Como las canas al viento

A otros, en cambio, no les hace falta llegar a tanto, que rejuvenecen por ósmosis: Enrique Ponce, torero, cuarentón largo y exesposo de Paloma Cuevas en breve, se enamora de una chica de veinte años y aparece en TikTok bailando por Michael Jackson. Salir con alguien que se va de Erasmus a Polonia tiene un efecto lifting inmediato: te quitas dos décadas de un plumazo y empiezas a subir vídeos haciendo el tonto a la plataforma de la chavalada. El problema es que llevarle un montón de años a tu pareja parece que sigue siendo exclusivo de los señores, que a algunos todavía se les saltan los puntos cuando es al revés: en 'Sálvame', una ignoranta criticaba que un chico se hubiera liado con una vieja de sesenta años. La vieja era Valeria Marini, nada más y nada menos. Acabáramos: si a la Marini, monumento nacional italiano, no le perdonan que estuviera con un pimpollo, cómo me van a perdonar a mí una cana en la ceja. En cambio, Pedro Simón lleva el cejumen blanco y desacomplejado al viento. Qué suerte.