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«El padre, las hijas, los hijos, los maestros del pueblo, unos u otros leerán trozos de este documento que defiende la tierra y el agua, la supervivencia de los campesinos y plantea el objetivo de estar orgulloso de ser agricultor riojano». (José Antonio Aguirre, presidente de la Cámara Agraria 1984)
La entradilla es el final de la presentación del mejor trabajo que conozco sobre el sector agrario, 'El campo riojano', coordinado por Mario Gaviria y Artemio Baigorri, hecho entre 1981 y 1984 por un equipo de cuarenta personas que conocieron todos los pueblos y hablaron con más de seis mil agricultores, ganaderos e industriales.
Hicieron la foto panorámica más nítida del mundo agrario y rural cuando todavía no habían inventado el photosohop. Eso sí, en blanco y negro. Algo impensable hoy. No por la tonalidad, que ahora sería en color, con mucha imagen, poco texto y menos ideas, sino porque no hay quien sea capaz de hacerlo.
A falta de fotografía actual, puede darse una vuelta por el campo, con mirada atenta y verá cómo ha cambiado el paisaje; no se encontrará con ningún campesino; contará más tractores que agricultores y podrá hablar con alguno de los miles de jornaleros que ahora andan entre las cepas. Si conversa con algún agricultor, podrá comprobar los progresos en 'lenguas extranjeras' y también las nuevas palabras añadidas al diccionario agrario.
El sector no se ha quedado atrás en la adaptación al cambio tecnológico. Un agricultor, si quiere, puede, con su móvil regar, fotografiar una parcela y enviar sus datos, consultar si hay que tratar contra la mosca del olivo, conocer la cotización de la cebada, participar en la reunión de la cooperativa, saber si lloverá mañana y poner el despertador a las seis de la mañana. Imposible hace cuarenta años.
Al no poder comparar la fotografía actual con la que hicieron aquellos chavales desorganizados por Mario y Artemio, y dado que lo actual siempre puede verlo, si quiere verlo, y el pasado se olvida, me entretendré en recordárselo entresacando frases de aquel trabajo. Usted, buen conocedor del mundo agrario, sacará sus conclusiones.
Disculpe que le condicione con la entresaca que hago. Puede resolverlo leyendo el documento. No será tiempo perdido; será, además, un reconocimiento a quienes lo hicieron y una muestra de agradecimiento, estos días tan propios para celebraciones y homenajes oficiales.
«La óptica de este trabajo es la de apoyar los intereses a largo plazo de los aproximadamente 12.000 agricultores y ganaderos riojanos que hay a principios de 1984. Un objetivo básico es el de conseguir que vivan bien a largo plazo produciendo sabrosos y sanos alimentos, buenos vinos, deliciosos espárragos, afrodisiacas guindillas, melocotones de pura miel».
«El mayor peligro para los agricultores riojanos viene de la obsesión por la llamada competitividad europea, que consiste en la eliminación de los más débiles».
«Las mujeres trabajan en un número de unas 4.000 y llevan una dura existencia».
«La vida de los agricultores riojanos es más corta que lo deseable, ha trabajado tan duro y sigue trabajando quien tiene una salud muy cascada. No tiene sentido el seguir haciendo trabajar muy duro quienes tienen más de 60 años y tener en paro a los de menos de 30».
«En el uso indiscriminado de productos fitosanitarios y herbicidas, así como en todo lo relacionado con la calidad de los alimentos producidos, se requiere una profunda reflexión crítica y la apertura de nuevos centros de enseñanza para una agricultura alternativa».
«El futuro de la conserva vegetal riojana pasa porque se suscite un acuerdo global entre empresarios conserveros, agricultores y la Comunidad Autónoma de La Rioja».
«Un revuelto de huevo con champiñón y espárragos a la cazuela con una pieza de guindilla sería un plato riojano sofisticado –de hecho, lo es–, totalmente producido en La Rioja».
«El futuro de La Rioja esta estrechamente relacionado al futuro del vino, tan simple como eso, y el futuro del vino estará muy relacionado con la alegría, placer y salud que este produzca en el consumidor».
«La competencia por los usos de la tierra ha jugado en contra de las buenas tierras en los últimos años. La expansión urbana de Logroño, las autopistas, los grandes polígonos industriales, los chalés en las mejores zonas de huertas, las granjas industriales...».
«Los riojanos tienen una política hidráulica regional pendiente que deberán tomarse con el máximo interés. Una política hidroeléctrica controlada por los regantes sería de la máxima importancia».
«La sierra de Cameros es un lugar de tradición culta, donde hubo industrias, donde la gente supo lo que quería y eso todavía perdura. La época en la que, expulsando a las cabras se pensaba que se expulsaría a los cameranos, y entonces todos los montes comunales de los pueblos podrían ser repoblados por pinos, ya pasó. Los cameranos ganaron la batalla y hoy el Icona hace más o menos lo que pacta previamente con los vecinos de las sierras. Esto esta bien, es sensato y muestra que el pueblo puede educar al Estado».
El trabajo termina así:
«Queda ahora que la Administración (estatal y regional) lo lea atentamente (como ya lo esta haciendo) y todo esto se traduzca en planes, proyectos e inversiones. Que así sea».
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