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No fue abuso, fue violación. La sentencia del Tribunal Supremo sobre en el caso de los violadores de La Manada ha sido como el aire fresco de la mañana que ventila el alma y despeja la inteligencia. Habiendo una víctima tratando de superar la terrible ... y repugnante agresión sufrida no podemos excedernos en la satisfacción aunque tampoco hemos de ocultarla. Es evidente que la condena no va a aliviar el dolor a la joven agredida pero, a buen seguro, la habrá reconfortado.

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