Borrar

Calamares rellenos

A LA ÚLTIMA ·

Viernes, 23 de diciembre 2022, 22:00

A media mañana, mientras yo seguía en pijama tirada en el sofá, mi madre rellenaba los calamares para la cena. Llevaba horas levantada, y ya había sacado la vajilla buena, y ya había planchado el mantel, y ya había hecho el sofrito, y ya había ... terminado de limpiar los calamares. Entonces, se disponía a rellenarlos con la precisión que le proporcionaban aquellas manos finas, capaces de rellenar hasta una aceituna. Pero yo, que tengo dedos como habas, no haré ese plato para esta noche: primero, porque nunca me saldrá igual de rico; segundo, porque las ausencias no se pueden rellenar como si fueran calamares. Y menos si tienen el tamaño de un kraken. Su forma de querernos era pasarse todo el día en la cocina, la de mi padre era traer marisco. Y debían de querernos mucho, porque llegábamos a mesa puesta y a centollo cocido, y nosotros (idiotas, o jóvenes, o las dos cosas) nos sentábamos a cenar sin reparar en el trabajo que había tras esas demostraciones de cariño alimenticio y suculento.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

larioja Calamares rellenos