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Un solitario paseante, ayer por el Espolón de Logroño al mediodía. MIGUEL HERREROS
Buenos días, tristeza

Buenos días, tristeza

Jorge Alacid

Logroño

Viernes, 16 de octubre 2020, 08:42

La camarera de un bar del centro comparte a media mañana sus cuitas con un cliente: mira hacia la barra vacía y atribuye la ausencia de clientela, inhabitual incluso en días con un tiempo tan desapacible, a lo de siempre. A ese factor que no ... se puede controlar, que va por libre, porque viaja en la conciencia de cada cual: el miedo. El miedo barre de ciudadanos las calles del corazón de Logroño en esta fría mañana de octubre, un invernal día de otoño que vacía de paseantes a primera hora el parque del Carmen. Un par de temporeros duermen todavía, tapados hasta los ojos, aplastadas sus camas de ocasión (unos cuantos cartones hacen de somier) contra la pared de la Jefatura de Tráfico. Un barrendero les mira con piedad mientras despeja de castañas y hojas secas el suelo que los logroñeses evitan pisar porque, en efecto, prende entre ellos el miedo.

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