La Rioja pude ufanarse entre el grupo destacado de comunidades autónomas cuyos niños y preadolescentes de hasta 14 años tienen asignado un pediatra. Las cifras oficiales del Servicio Riojano de Salud cuentan menos de un centenar de chicos sin ese especialista. Las de la Asociación ... Española de Pediatría de Atención Primaria son menos generosas y elevan la cifra a 477. Pero en uno y otro caso, la región tiene motivos para sentirse entre el grupo de privilegiadas con los porcentajes más bajos –no llegan al 1%– de niños sin atención pediátrica. Las otras son Cantabria, Castilla y León, Murcia y Canarias. La escasez de pediatras no es, de cualquier manera, un problema nuevo en el ámbito nacional. La sanidad riojana pasó por ese trance hace algunos años y, vistas las cifras, ha sido capaz de superarlo mejor que la mayoría de sistemas sanitarios del país. Hoy tiene en nómina 40 de especialistas infantiles y en puertas hay una oposición para cubrir la interinidad de cinco plazas. Un síntoma de la notable salud de la salud infantil de La Rioja en una coyuntura de falta de profesionales justificada, quizás, en las tibias expectativas que, a la hora de elegir su especialidad, pueden encontrar los médicos en una curva de natalidad que se desploma.
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