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Hay ríos de lágrimas. Y hay en los desvanes de la memoria un río cuyos saltos y cabriolas cantan canciones locales, y aunque es verdad, en sentencia heraclitiana, que nunca nos bañaremos dos veces en el mismo cauce, inevitablemente llega ese día en que precisamos ... remontar su curso para beber de la fuente primigenia de donde brota el agua clara de la infancia perdida. Es este un país con alma de cabila ardiente y mesetaria, y hasta el más mísero regato de aguas turbias e intermitentes nos llena de júbilo, y nos retrotrae a un pasado de meriendas veraniegas, de cangrejeras y pozas legendarias donde se bañan las náyades, de agostos tórridos en los que los adolescentes ensayan besos primerizos con sabor a savia mentolada de juncos y cañaverales y los mayores sueñan siestas interminables bajo el conjuro de la brisa en las choperas.

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larioja Nuestras vidas son los ríos