Toma el dinero y corre

Un alto dirigente de un partido que está a punto de alzarse con el poder convoca a los principales empresarios del país para un intercambio ... de pareceres. Desayuno de trabajo, o como le llamen ahora, ya saben, zumitos de naranja, bollería que nadie toca, fotos para la prensa de tipos encorbatados y nucas de rizos ensortijados. El mandatario promete estabilidad social y óptimas condiciones para la economía a cambio de nada, fruslerías, apoyo a las medidas del gobierno, quizás unas cuantas donaciones desinteresadas. Los clásicos arrumacos entre la política y los negocios, ojitos y un poco de sobeteo, porque la pornografía entre personas avisadas sucede sin luz ni taquígrafos. Igual hasta les va sonando de algo. Igual hasta están pensando en Trump y su corte de oligarcas nerd de Silicon Valley. Y lo malo de la Historia es que se repite pero en forma de constante parodia. La reunión tiene lugar en febrero de 1933. El dirigente se llama Hermann Göring y las empresas son las más importantes de Alemania en esa época: Siemens, Bayer, Opel, Allianz, Agfa, así hasta veinticuatro. Que efectivamente ganaron mucho dinero gracias al programa de aquel partido, que luego se marcharon de rositas y en casi todos los casos siguen marcando el paso de la Europa actual. El paso de la oca, dan ganas de decir. Siempre nos han contado que el dinero es cobarde, pero de ahí a que también resulte un canalla cruel e irresponsable media un gran paso. Está muy bien que ahora algunos se persignen tras caer en la cuenta de que los Musk, Zuckerberg o Bezos tienen más de siniestro aprendiz de brujo que de aquellos filántropos flowerpower que venían a instaurar una nueva Era de Acuario digital, sostenible y paritaria. Pero el desaguisado ya está consumado, y con la fe del pardillo nos pusimos en sus manos en cuerpo y alma, permitiendo incluso que su tecnoevangelio se extendiese como un virus por todo el sistema educativo de las futuras generaciones. Con semejante nivel de clarividencia, podríamos haber nombrado a Sito Miñanco Ministro de Sanidad. A Leticia Sabater en Cultura. Hasta eso tendría mejor arreglo.