¿Saben aquel que diu?

Saben aquel que diu que estaba Artur Mas en junio del 2011 convencido de ser un nuevo Kennedy al mando de un länder alemán, cuando una mañana tot el camp, indignado por lo que percibían como un Gobierno ineficaz y corrupto, cercó el Parlament y le obligó a él y todos sus consejeros a acceder al interior volando en varios helicópteros. Debe de constituir una impactante epifanía contemplar desde el cielo a tot el poble pidiendo tu cabeza. Sobre todo cuando sabes que buena parte del despilfarro y la nefasta gestión económica se debe a que has colonizado las instituciones con una plaga de golfos apandadores que se lo están llevando crudo. Empezando por el molt honorable Yoda Pujol, que con la cantinela de construir una nación lo que verdaderamente está amasando es una fortuna obscena en paraísos fiscales. Ese día, Artur Mas, cual un nuevo coronel Kilgore de Coppola, debió de tener la visión de Els segadors sonando desde los altavoces de los helicópteros. El valor que infunde en un hombre el reconstituyente olor a butifarra por la mañana. Apretó entonces el botón nuclear y se envolvió en la senyera. Nunca se repetirá lo bastante la frase del doctor Johnson: «El patriotismo es el último refugio de un canalla». Por mucho que tanto PSOE como PP hayan metido bajo las alfombras toda la inmundicia nacionalista cuando requirieron su apoyo para formar gobierno. En base a ese desequilibrio parlamentario provocado por el diseño electoral del 78, llevamos años convencidos de que solo Cataluña, y en alguna medida también el País Vasco, es Europa; el resto, todos vagos, folclóricos, gañanes sin remedio. Y lo cierto es que en España, los nacionalismos, todos, nunca son la solución, sino parte esencial del problema. Cataluña no es Escocia, es la Sicilia de Riina y Provenzano, de las mordidas, de la extorsión a los rivales o indecisos, de la demolición del Estado carcomido hasta la raíz por la cleptocracia.

Saben aquel que diu que los parados de Extremadura y Andalucía, los pueblos envejecidos y abandonados de la Castilla vaciada, los propios charnegos invisibilizados y despreciados que construyeron con sus manos callosas la riqueza de esta Cataluña, que todos ellos deben pagar el desfalco y los delitos de una burguesía cutre, reaccionaria y supremacista. Saben aquel que diu que con el rostro de cemento armado nos dicen que eso es virtud y progresismo.

España es ese festival del humor que encoge el alma. Y no se preocupen, de Eugenio a Tip y Coll, la próxima semana hablaremos del Gobierno.