Qué bonita la viña

Tenemos una vía de tren que nos recorre de parte a parte, pero por la que circulan tres trenes mal contados. Y además, todos los gobiernos locales han fracasado (no se sabe siquiera si lo han intentado con mucho ahínco) a la hora de hacer que esa vía se incluyera en algún corredor más grande. Vamos, que los trenes ésos que van hacia Europa y hacia el futuro dejan La Rioja ahí, a un lado.

Ah, también tenemos unos vecinos forales bien simpáticos, que vienen de vacaciones de vez en cuando a dejarse las divisas. Pero que, mientras, succionan cualquier posibilidad de crecimiento a base de unos recursos hacendísticos y legales imposibles de conseguir por estos barrios. Unos, por cierto, también quieren cargarse el Rioja a base de nacionalismo vitícola. Pero en fin, qué más da.

No sé ustedes, pero a mi no me parece una lista como para estar muy contento. Por no tener, ni siquiera tenemos un diputado riojano que merezca tal nombre, uno capaz de votar contra su partido si es caso. Pero oigan, no se preocupen. Qué bonita está la viña.