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Habría sido precioso sufrir esta escalada imparable de la factura eléctrica en pleno confinamiento, cuando estábamos todos en casa haciendo videollamadas de trabajo, los chavales en su cuarto enchufados a mil aparatos mientras la cocina ardía como el fogón de una taberna antigua entre humeantes ... pizzas caseras, galletas y crujiente pan de masa madre que entraba y salía del horno. Tú mirabas cómo cobraba vida el bizcocho al otro lado del cristal. Lo veías subir, palpitar, sudar, inflarse en su masa turgente y tórrida, y era un prodigio culinario, casi una cosa sensual, ese bizcocho creciendo entre olor a mantequilla.

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larioja Bizcochos