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Regreso al Poseidón
Ojo de buey

Regreso al Poseidón

Sábado, 1 de marzo 2025, 23:00

El cine, y su terminal Hollywood, es una forma extremada de vida. Durante un tiempo, un actor o una actriz es el tope de la ... rutilancia o de la fama, pero al final de la película aparece momificado al cabo de diez días en el vestíbulo su casa, o hundido en el fondo de una piscina o en el fondo de un tubo de barbitúricos. La celebridad, el mito, es en Hollywood muy a menudo una historia de caída, en forma de muerte o de olvido. O de las dos cosas a la vez. Una historia, en fin, de tragedia, que acorta el camino entre el Olimpo y el Hades. Entre la alfombra roja y las miserias del inframundo cotidiano. En el interior de tu mansión tienes varios Oscars en una estantería y fuera, en el jardín, eres –cuentan de Gene Hackman (1930- 2025)– un vecino antipático, apartado del oficio hace veinte años. Hollywood es siempre el Sunset Boulevard de Billy Wilder. En la secuencia que abría la película pero que luego se cortó por su rigor mortis dos cadáveres hablaban en la Morgue de Los Angeles. Un cadáver le decía al otro, recién llegado: «No te asustes. Estamos aquí todos juntos. No pasa nada». Para luego preguntarle si trabajaba en el cine. El novato en morir le dice que sí, y tras hacerle un pequeño relato biográfico, el cadáver veterano le confiesa: «Lo que me interesa es saber cómo moriste».

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