La cumbre de los populares europeos que comienza el martes en Valencia debería ser la más relevante de los últimos años. En primer lugar, por ... los desafíos globales a los que se enfrenta la Unión Europea, y en segundo término, por la deriva que pueda suponer la elección de las diez nuevas vicepresidencias de la formación conservadora continental. Las posiciones de poder institucional que ostentan muchos de los convocados confieren al evento un efecto de arrastre hacia una nueva política europea. El popurrí de formaciones que aglutina la organización deberá trazar un viraje hacia la aplicación de políticas migratorias más duras para atraer a los votantes de extrema derecha, quienes podrían dinamitar la existencia de la Unión a medio plazo. No se trata de renunciar a los principios fundacionales de los democristianos, sino que se buscaría salvar el todo sacrificando la parte. Flotará en las ponencias que la más relevante de sus miembros, la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, vigorice un liderazgo mermado por la iniciativa tomada por Giorgia Meloni en su intento de apaciguar al alborotador presidente estadounidense, dejando fuera de foco a la germana. Que Carlos Mazón asista a las jornadas en su tierra carece de relevancia; no tanto el hecho de que Núñez Feijóo busque edulcorar una relación quebrada, trufada de devaneos, y que no acaba de definir por cuestiones de táctica electoral.
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