En el mismo momento en que Ucrania parece que va a ver por fin atendida su agónica demanda de carros de combate de los principales aliados occidentales en su lucha para sacudirse la invasión rusa, los distintos niveles de la Administración muestran su peor cara: ... la de la corrupción endémica que, lejos de aflojar en tiempo de guerra, aprovecha la riada milmillonaria que permite seguir en pie al Estado para lucrarse a costa del sufrimiento de los soldados y de la población civil. La purga de casi una quincena de altos funcionarios se volvió inevitable para Volodímir Zelenski, urgido a apartar incluso a miembros de su círculo más cercano para demostrar a la Unión Europea que sangrantes irregularidades como inflar los precios de los alimentos que se envían al frente o aceptar sobornos en la compra de generadores pueden ser episódicas, pero su empeño en desterrarlas será sistemático si quiere pertenecer algún día al club comunitario. Responder a la confianza y el esfuerzo sostenido en ayuda militar y financiera de Occidente exige al presidente ucraniano acreditar la limpieza del estratégico Ministerio de Defensa en una etapa tan comprometida para la libertad y la soberanía del país.
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