La banca gana, el pueblo pierde
Tribuna ·
Los Estados lo controlan todo. La economía está intervenida y hay que promover el libre mercado y dejarse de tanta regulaciónJAVIER MAQUEDA LAFUENTE
Jueves, 17 de noviembre 2022, 21:30
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Los Estados lo controlan todo. La economía está intervenida y hay que promover el libre mercado y dejarse de tanta regulaciónJAVIER MAQUEDA LAFUENTE
Jueves, 17 de noviembre 2022, 21:30
La situación económica es absolutamente surrealista tanto a nivel mundial como nacional. La clase gobernante, los líderes políticos y los altos responsables de las grandes corporaciones no están a la altura que las circunstancias requieren. Parece que han olvidado algo tan elemental en economía como ... que existen los conceptos y escenarios de corto, medio y largo plazo y que para ellos solo cuenta el muy corto plazo y les preocupa muy poco lo que pueda ocurrir en el futuro, por sus decisiones, muchas veces especulativas y personalistas.
La Reserva Federal, el Banco Central Europeo, instituciones nacionales y supranacionales toman casi a diario decisiones que nos afectan a todos, pero que casi siempre van en contra de la ciudadanía a la que se hace soportar todo el peso de sus desafortunadas intervenciones. Estamos regulados a todos los niveles. La economía de libre mercado brilla por su ausencia. Los Estados lo controlan todo. Y los políticos están en manos de las grandes corporaciones, principalmente de la banca, cuyos dirigentes manejan de hecho los hilos de los países.
Centrémonos en España. Acaban de publicarse los resultados de los nueve primeros meses de las grandes corporaciones del Ibex 35. Todos crecen muy por encima de los dos dígitos en relación al mismo periodo del año anterior. Y si miramos los beneficios de la banca, las seis entidades de nuestro principal indicador bursátil mejoraron su beneficio un 32% en lo que va de año, 16.014 millones.
Estaría bien que los responsables de dichas entidades (también los del resto) y los gobernantes dieran una explicación entendible a la ciudadanía, y a los jóvenes y no tan jóvenes hipotecados en particular, sobre cómo se pueden entender las inasumibles subidas en las cuotas mensuales de las hipotecas mientras los bancos se enriquecen más cada día. También deberían tratar de explicárselo a pequeños empresarios, autónomos y al conjunto de los trabajadores y desempleados.
Si la situación nos dicen y nos repiten que requiere un esfuerzo colectivo, dicho esfuerzo debe hacerse por parte de todos y no deberíamos soportarlo siempre los mismos. Los sindicatos dicen que tienen que subir los salarios, el Gobierno echa la culpa a Europa, a la guerra en Ucrania y a la inflación; el país se sitúa en cifras de endeudamiento nunca vistas y que difícilmente podrán afrontar las próximas generaciones. Todos los que tienen poder para tomar decisiones miran para otro lado o, más bien, miran para su bolsillo y para su carrera e intereses personales. Y el ciudadano de a pie, ese que siempre pierde, está harto y dice 'basta ya'. Las calles de los países vecinos están que arden y, a este paso, la llama pronto podría prender aquí.
Basta de tropelías. No puede ser que el BBVA presente en los nueve primeros meses de 2022 unos beneficios de 4.842 millones (un 46% más que en el mismo periodo de 2021), que el Santander anuncie unas ganancias de 7.316 millones (un 25% más de los 5.849 millones que obtuvo el año pasado). Cabría recordar en este último banco la fechoría que le permitió hacerse por un euro con todo el patrimonio del Popular en 2017, proceso en el que mucho tendrían que decir su presidenta, la señora Botín, así como la ministra Calviño, el comisario Luis de Guindos y los responsables europeos que diseñaron y permitieron este fraude de ley (demostrado en las diferentes sentencias de los juzgados locales y provinciales y que rápidamente han tratado de frenar los mencionados personajes con maniobras y mentiras ante la justicia europea).
No pasa nada, los ciudadanos se arruinan una vez más y el Santander, en este caso, obtiene unos beneficios millonarios gracias a las operaciones por ventas de los activos del Popular que les permiten llevar a cabo los políticos que tanto les deben. ¿Alguien se podría imaginar un Gobierno o un partido sobreviviendo sin el apoyo financiero de la banca? Tú me financias mis campañas, mis déficits, mis megaproyectos, mis descontroles y lo que haga falta, y duerme tranquilo que ya me preocupo yo de que sigas ganando dinero a montones.
Los jóvenes no encuentran trabajo; los que consiguen un empleo precario, a pesar de su buena formación y disposición, no logran independizarse; los que se independizan no pueden pagar las elevadas subidas de sus hipotecas; los jubilados las pasan canutas y la gran mayoría de los ciudadanos no pueden llegar a fin de mes porque les han subido la cesta de la compra, el gas, la electricidad, los combustibles, así como todos los bienes y servicios en general. La vida sigue y yo estoy aquí de paso hasta que se me abra otra puerta giratoria.
Todo esto demuestra, como mantenemos numerosos académicos, que la economía está intervenida y que hay que promover el libre mercado y dejar de regularlo y controlarlo todo. Ese afán de proteccionismo por parte tanto de los políticos como de las grandes corporaciones nos está llevando a un precipicio y en esta carrera desbocada ellos ganan y el pueblo pierde. El divorcio está servido y se necesita un cambio urgente de timón.
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