Secciones
Servicios
Destacamos
Algunos debaten en estos pagos del mundo civilizado sobre si vacunarse o no contra el COVID. Sobre cuál es la inmunización que les gustaría recibir. Unos miles de kilómetros más allá (al Este, al Sur, al Oeste también) el debate es entre la vida y ... la muerte.
Si en todo el mundo el coronavirus ha acabado con miles de vidas y afectado a millones de personas, los países subdesarrollados o en (pretendidas) vías de desarrollo son, una vez más, los grandes olvidados, los perpetuamente damnificados.
Un alto porcentaje de los 1.300 millones de habitantes de India, el segundo país más poblado del mundo, viven en pobreza extrema. No se plantean si les tocará Pfizer, Moderna, AstraZeneca, Janssen. No saben de efectos secundarios o reacciones anafilácticas. Han visto, eso sí, incineraciones en piras funerarias improvisadas en las calles. Cremaciones masivas, con las chimeneas agrietadas y los marcos metálicos de los hornos fundidos por tanto uso. Con los hospitales colmatados. Un país sin suministro de oxígeno para los enfermos. Por faltar, escasea hasta la madera para quemar cadáveres.
Los expertos miran con dudas y preocupación la variante B.1.617 (que circula en India, pero también ya en un significativo número de países), con mutaciones que podrían hacerla potencialmente más infectiva y resistente a la inmunización. Incumplimiento de medidas y cobertura baja de vacunas: la tormenta perfecta, sintetiza la OMS.
Los países subdesarrollados necesitan ayuda humanitaria, y necesitan también vacunas. No cometamos el error de siempre: unos días en primera línea informativa y después, el olvido.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.