Me cuenta una amiga que se ha quedado sin médico. Sin médico sustituto. Sin medicación para su patología crónica. Por quedarse, se ha quedado hasta sin confianza en el sistema sanitario.

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Intentó mi amiga pedir cita por internet con su médico de cabecera. «No hay ... cita disponible. Seleccione otro día o llame al 941297729», figuraba en la página de Rioja Salud. No había cita disponible... en todo lo que queda de año, según la web. Llamó, pues, directamente a su centro de salud. Advirtió, buena era su intención, de que no hacía falta que le viera el médico, consideraba ella, pensando en no obturar la Atención Primaria.

– Su médico se ha jubilado.

– Ah, vaya. Pues nada, que por favor me llame su sustituto, es solo para que me renueve la medicación en la receta electrónica.

– No tiene sustituto.

– ¿Y entonces?

– Mañana se pone en contacto con usted otro médico.

No, al día siguiente no se puso nadie en contacto con ella. Volvió a llamar al centro de salud.

– Mire usted, que solo es para que me renueven la hoja de medicación...

– Mañana sin falta le llama un doctor.

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Y que no, que no le llamaron. Y que qué hace. Que en la farmacia le dan la medicación porque la conocen, pero que tampoco es eso...

Y me pide mi amiga que le haga de altavoz y pregunte a ver si antes de que se recupere la tan demandada atención presencial en Primaria, al menos, y si no es mucho pedir, funciona la telefónica.

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