Atajar la amenaza de Putin

La reunión entre la OTAN y Rusia sirvió para recordar al Kremlin que la Alianza Atlántica nunca cederá ante la pretensión de Putin de negar la entrada en la organización ni de Ucrania ni de cualquier otro país democrático que linde con Rusia. La ausencia ... de la Unión Europea en las reuniones que se suceden estos días sobre las tensiones promovidas por Moscú muestra la escasa influencia comunitaria en la política exterior y va en línea con el propósito de Moscú de ningunearla. No solo porque quiere reeditar la bipolaridad de la Guerra Fría, sino porque busca dar la sensación de que los países del Este están más a su merced que bajo el liderazgo de Bruselas. Es revelador del hegemonismo ruso que haya intervenido militarmente para corregir la situación interna en Kazajistán a favor de su actual presidente Kassym-Jomart Tokáyev, convertido en aliado del Kremlin, mientras exige la neutralidad de los aliados occidentales ante sus intenciones sobre el futuro de Ucrania. La OTAN y EE UU dieron a entender ayer que Rusia no sabe qué hacer con sus propias amenazas. Por eso resulta crucial que no encuentre margen para despejar esas incógnitas y que sean los aliados quienes dicten el guion que debe seguir el Kremlin para buscar la seguridad en sus límites territoriales renunciando a agredir a Ucrania. No debe permitirse que el necesario mantenimiento del diálogo con Rusia pueda entenderse como signo de debilidad o de indecisión.