Ya no existe confianza en los mensajes de texto del móvil. O quizás ni se miren. La Tesorería de la Seguridad Social ha iniciado esta semana una campaña a través del móvil para presentar un nuevo portal informático. Y a la vez ha realizado otra ... acción en paralelo para asegurar que no era un fraude. Hizo bien. En Sevilla, más de 4.000 personas acudieron a vacunarse por un bulo. Prometía la inmunización sin cita. Y en Murcia ocurrió lo contrario. La gente no acudió a la convocatoria real porque no se fiaban del anuncio en el teléfono.
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Como con el email, los sms se han convertido en un arma de estafa masiva. Tras el monopolio de Whatsapp, solo empresas y administraciones lo emplean para sus anuncios. Parecían efectivos, pero no. Son frecuentes los intentos de 'phising' suplantando identidades. Si de estos mensajes depende la salud, por ejemplo, sus remitentes deben ser conscientes de cómo los perciben los destinatarios. No basta con darle a enviar. Una de dos. O recuperan la confianza en estos canales o buscan medios para despejar cualquier duda. Como hizo Tesorería
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