El Consejo Interterritorial de Salud estudió ayer la restricción de la movilidad nocturna –el llamado toque de queda– en las comunidades autónomas que desean implantar la medida, que no está definida en el ordenamiento español. El asunto se ha debatido pero seguirán analizándolo porque faltan ... todavía muchos elementos para aplicarlo. En primer lugar, es dudoso qué instrumento jurídico deberá amparar tal restricción, y el Gobierno, que cree que es necesario declarar el estado de alarma, ha solicitado un dictamen. En segundo lugar, habrá que concretar diversas cuestiones, como el horario, el área, los criterios que lo determinen y la autoridad que deberá activarlo. Según los expertos, la eficacia de esta medida depende de que se adopten otras, en concreto de que se prosiga con el muestreo intensivo y con un rastreo cada vez más escrupuloso de los contagios. El Consejo aprobó definitivamente por consenso el documento de respuesta coordinada frente a la pandemia, que fija unos criterios homogéneos a la hora de afrontar la crisis en función de distintos indicadores: establece cuatro niveles de alerta y traslada la responsabilidad de adoptar medidas excepcionales a la solicitud previa de las regiones. Es un paso adelante en el terreno de la coordinación.
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