Los días pasan. Y pesan. Llevamos ya mucha casa detrás, y aún nos queda mucha más por delante. Siempre el mismo recorrido: sofá, baño, cocina, sofá. Vivimos en un circuito cerrado con televisión. Por eso, ni siquiera confinados en el espacio interior podemos sustraernos de ... un espacio exterior que hoy se nos antoja más amenazante que nunca, coronavirus aparte: mientras esperamos al meteorito, hay un terremoto en Yosemite y estalla un volcán en Indonesia. Los lugares me suenan por las películas, aunque de Indonesia sólo me viene a la cabeza «El año que vivimos peligrosamente». Qué título tan adecuado para este 2020. También me suena Dewi Sukarno, esposa del primer presidente de Indonesia (sí, el del eufemismo de la «democracia dirigida»), amante de Francisco Paesa y una de las que más cobraba por ir a las fiestas marbellíes. Del epígrafe «Dictadores del siglo XX», servidora siempre ha sabido más por las juergas que se pegaban sus viudas, enfundadas en atuendos exóticos y decoradas con diamantes como huevos de paloma, que por cualquier otra cosa. Además, la Sukarno solía ser elegida la mujer más elegante del mundo. Como vamos ahora lo tendría más difícil: no la veo yo ganando el título de Miss Pijama este año.

Publicidad

Tampoco te puedes librar de Marta Sánchez. La ínclita ha perpetrado un himno contra el coronavirus. «Fue como si millones de corazones me estuvieran susurrando al oído», afirma. Marta escucha al mundo, pero no sé si el mundo la escuchará a ella. Cuántas cosas extrañas está pasando ahí fuera. Al final, vamos a tener que hacer el apagón. Por salud mental, más que nada. Y por evitar que nos fastidien este lunes de Pascua. Que nos dejen comernos tranquilos la mona en el balcón. No es mucho pedir.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

¡Oferta 136 Aniversario!

Publicidad