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La estrategia que siguió en su advenimiento el presidente del Gobierno en La Rioja el pasado viernes me recordó a la que adoptaba otro presidente del Ejecutivo, en este caso de La Rioja. Pedro Sanz gustaba de realizar anuncios rotundos y de alcance con los ... que avivar comparecencias totalmente prescindibles. Que si la reducción de este impuesto por aquí, que si la supresión de este otro por allá... Y cosas de ese estilo.
Sánchez vino con un mandado, presentar el Plan de Recuperación, y se puso a hablar de miles de millones de euros y de cientos de miles de nuevos empleos. De lo que, obviamente, ya informó en su momento de forma detallada, pero ahora va exponiendo por todas las comunidades dentro de la gira que le ha organizado el departamento de marketing de La Moncloa.
El caso es que nadie esperaba de la cita en el Würth un bombazo informativo, sobre todo porque no se sometió al escrutinio de la prensa que le hubiera podido cuestionar si no se está apresurando temerariamente a vender la piel del oso antes de cazarla, ya que los fondos europeos están bloqueados por Hungría y Polonia. De traca. En ese contexto debe entenderse su anuncio de que España iniciará una vacunación masiva contra el COVID en el 2021. Como los alemanes, oiga. Y consiguió el efecto: todos los titulares se detuvieron en ello y el arrogante programa millonario para reconstruir una ruina llamada España se fue a un ladillo o a un breve, los espacios más modestos en cualquier periódico.
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