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Sin levantarse aún la veda de las piscinas, se siente al personal inquieto por el remojón. Como con mono de agua y cloro. Los administradores de fincas están con un máster sobre legislación Covid, que es la que se lleva ahora. La de las piscinas ... parece escrita por un escriba sumerio. Ininteligible 2.0. Y luego están los de las piscinas públicas. Treinta alcaldes han decidido que este año no hay baño. Logroño se ha sumado solidario con la de El Cortijo y el barrio se ha incendiado de indignación. O de ardentía, quién sabe. Sin ser malo de suyo que la piscina quede cerrada por razones de peso, se puede empeorar la cosa si se explica demasiado. Cuando un político se pone denso a dar explicaciones hace lo del pato criollo, de gran fama por su torpeza e inoportunidad para aliviarse. Apelar a la buena gestión económica debida para justificar la decisión es nombrar la cartera en casa del contribuyente. (Y encima quiere mandar a la vecindad donde el Berceo. Antoñanzas, ¡que son del Logroñés!)

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larioja Antoñanzas y el pato criollo