40 años de un estallido muy vivo

Después de año y medio sin apenas conciertos –y los habidos, en la silla– el ambiente era de gran ocasión. Reencuentros de viejos amigos, melenas sueltas, varias calvas y viejas batallas de cuando hordas rockeras llenaban pabellones, algo que las actuaciones de bandas legendarias brindarían a un país sin la travesía de oscuridad de este.

Sobre las 21.30 subían al escenario Ethernal. Era su primer concierto desde que se formaran en 2019 y les servía para presentar su disco 'Unión'. Tras la intro, 'Diamantes de sangre' y la power metalera 'Atrapada'. Beben toda la esencia del heavy metal clásico, siguiendo los cánones marcados en los 80 por las bandas de referencia y en los 90 por las que introdujeron velocidad power y guiños sinfónicos. Todo ello con el atractivo de la exhibición vocal de María Martínez al frente de los cinco músicos. Aunque al principio estuvieron concentrados en la ejecución, fueron soltándose y María implicó al público, que les apoyó con sus puños en alto, ovaciones y cariño, como en 'La noche más oscura'. «Esto es una felicidad, un deseo», agradeció antes de despedirse con 'Perdición'.

De un estreno a un par de tipos con 40 años de tablas. 'Necesito más' abrió la hora y media de clásicos que Obús descargó ante un público que los cantó, bailó y disfrutó como lo que son, parte de nuestra vida, de nuestra historia. Fortu Sánchez desplegó su carisma, sus contoneos y un estado vocal envidiable sobre los riffs históricos que lanzaba con contundente sonido Paco Laguna. Se les notó disfrutar. 'El que más', 'Pesadilla nuclear', 'Autopista', 'Juego sucio', 'Dinero', 'Prepárate', 'Vamos muy bien'... Una colección de historia viva de nuestro rock para desgañitarse hasta despedirse con 'La moto'.