Andreu da otra vuelta de tuerca

Sin embargo, cuando todo hacía prever un partido roto en dos, las aguas regresaron súbitamente a su cauce. Francisco Ocón renunció a presentarse a la reelección y dejó el camino expedito a Concha Andreu para que plantara su bandera en la cima del partido. Lo hizo en octubre de 2021, en un congreso muy musical, lleno de aplausos y ovaciones, que quedó gráficamente resumido en una fotografía: la del abrazo que se dieron la secretaria general entrante, Concha Andreu, y el secretario general saliente, Francisco Ocón.

Aquel abrazo no sellaba una reconciliación, sino un difícil pacto de no agresión al estilo de los que firmaban las grandes potencias en los años de la Guerra Fría. Ocón accedía a convertirse en senador a cambio de plegar velas. Andreu imponía de esta manera su mandato absoluto tanto en el gobierno como en el partido, desplazando a su antiguo mentor a los confortables, pingües y poco estresantes pasillos de la Cámara Alta.

La primera parte de aquel pacto se acaba de cumplir. Como en una complicada partida de ajedrez, Raúl Díaz ha sido en cierto modo la pieza sacrificada. El pasado lunes, Díaz, senador autonómico desde el 23 de julio de 2019, presentó su renuncia ante la Mesa de la Cámara Alta. Según adelantó ayer el PSOE en una nota de prensa, el grupo parlamentario propondrá en el próximo pleno a Francisco Ocón como nuevo senador autonómico. De esta manera –añade la nota– Díaz podrá así centrarse «al cien por cien» en su labor como portavoz socialista en el hemiciclo riojano.

Pero los movimientos no han acabado aquí. Andreu ha querido aprovechar el regreso de las vacaciones para reforzar su dominio sobre un grupo parlamentario anteriormente hostil. No puede remover a los diputados afectos a Ocón, protegidos por sus actas, pero sí descender al personal eventual de confianza. El propio Raúl Díaz fue el encargado ayer de trasladar las órdenes de Andreu y de comunicar su cese inmediato a las tres asesoras que estaban ejerciendo en el Grupo Parlamentario Socialista: Leticia Bravo, Beatriz López y Silvia San Miguel. Las tres serán reemplazadas en los próximos días por personal del partido más cercano a la presidenta, que de esta manera va asentando su poder en todas las instituciones.