En el andén del tren de la liberalización

Es lo que pasó en Italia, que ya abordó la liberalización del sector hace unos años: Trenitalia, que hasta el momento de la apertura había tenido el monopolio del ferrocarril, canceló las líneas de largo recorrido que suponían un lastre para su cuenta de resultados. El nuevo operador privado que entró en el mercado, NTV, atendió inicialmente la demanda, pero su balance tampoco pudo soportar tantas pérdidas. Así que finalmente el Estado italiano amplió la Obligación de Servicio Público (OSP) a algunas de las rutas afectadas. No a todas.

En el caso de España, la liberalización de los servicios OSP (cercanías, media distancia y Avant) llegará, aunque no lo hará antes del 2027. Por tanto, en esta primera acometida de la apertura del mercado ferroviario, Renfe competirá por la alta velocidad y la larga distancia: a partir de diciembre lo hará con la francesa SNCF y, desde enero del 2022, con el consorcio ILSA (Air Nostrum y Trenitalia). Para ello, el gestor de infraestructuras ferroviarias, Adif, prefijó en noviembre tres 'paquetes' con la distribución de los ejes y las ofertas.

Llegados a este punto, la sensación que se percibe (negada por Adif, evidentemente) es que las líneas convencionales se están abandonando porque hay que echar los restos en la red de alta velocidad del siglo XXI. Un mallado de trenes AVE y de altas prestaciones del que La Rioja está excluida. Ya vale de monsergas políticas. Y con un trazado pretérito y obsoleto, del siglo XIX para ser exacta, que no solo ha complicado sobremanera el desarrollo de la región hasta hoy, sino que &ndashy esto es lo grave&ndash condena su futuro a la vía muerta.