Altura de miras

El deterioro del clima político ha llegado a tal extremo que los partidos, cegados por una polarización extrema en la que todo vale, ni siquiera distinguen entre los grandes asuntos de Estado que exigen un frente común en defensa de los intereses nacionales y las peleas de vuelo corto para desgastar al contrario. Resulta clamorosa la falta de acuerdos ante una emergencia tan extraordinaria como la provocada por la pandemia. Aún lo es más que una inadmisible agresión exterior contra España como la protagonizada por Marruecos, con el agravante del uso sin escrúpulos de menores para intentar chantajear a nuestro país, derive en una desmedida confrontación. No es el momento de debilitar al Gobierno con agrios reproches, sino de cerrar filas en torno a él y exhibir unidad para zanjar la crisis de forma satisfactoria, lo que supone modular las críticas a decisiones que pueden ser cuestionables y a errores manifiestos. En una materia tan crucial el líder de la oposición no puede permitirse errores «en el tono», como los que admitió hasta el propio PP tras el bronco debate parlamentario del miércoles. Tiempo habrá para cargar las tintas contra el Gobierno. Ahora toca altura de miras.