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Hace ya demasiados años que en el paseo del Espolón, a media mañana y frente por frente del Muro de la Mata, los domingos y fiestas de guardar, la chavalería y la no tan chavalería nos juntábamos para ejercer el noble arte del intercambio de ... tebeos. Un quid pro quo en toda la regla. La sustitución de una cosa por otra. Algo por algo.
– ¿Tienes de 'Supermán'?
– Sí, pero los de 'Supermán' solo los cambio por de 'Supermán'.
– Yo te doy tres del Capitán trueno por uno de 'Supermán'.
– Que no.
Todo un arte. Todo un arte que te obligaba a estar muy al tanto de la situación del mercado, porque, aunque todos eran tebeos, no eran lo mismo los de 'Roberto Alcázar y Pedrín' que los de 'El guerrero del antifaz'. Ni lo mismo eran los de 'Hazañas Bélicas' que los de 'El cachorro'. A los tebeos les pasaba como a los cromos de las colecciones, que todos valían lo mismo, pero siempre había alguno que valía más. Y es que con esto del quid pro quo había que estar muy atento, porque a poco que te descuidaras te podían tangar con toda facilidad y queriendo leer un 'Jaimito' tendías a olvidar la valoración del mercado y acababas cambiándolo por uno de 'Supermán'.
¿Algo por algo? Allá por los primeros días del año, el alcalde de Madrid, señor Martínez-Almeida, comentó en una entrevista que si por él hubiera sido no se habría nombrado a la difunta Almudena Grandes hija predilecta de la ciudad de Madrid, pero que se vio en la obligación de hacerlo si quería sacar adelante los presupuestos. Está claro. Alguien cambió uno de 'Jaimito' por otro de 'Supermán', cosa esta harto chocante por mucho que ambos firmasen el acuerdo.
¿Otro ejemplo? Pues verán, nos vamos a la guerra de Ucrania. Es sabido que, por las razones que sean y desde el primer momento, España fue partidaria de ayudar a los ucranianos en su lucha contra Rusia, enviándoles remesas de armamento. Podemos, ERC, Bildu y otros partidos más de la gauche divine que ahora no recuerdo, mostrando su descontento, fueron de la opinión de que la mejor forma de solucionar el conflicto era hablar con los rusos y decirles que había que acabar con esta guerra. Valiente parida. Estando así las cosas era necesario llegar a un acuerdo sobre los envíos de armamento y para hacerlo había que cambiar algo por algo.
Pues bien, por lo que tengo leído el señor Oriol de ERC, siempre tan discreto el hombre, rápidamente pasó su particular quid pro quo, y al parecer propuso que ni él ni su partido se opondrían al envío de armas a Ucrania a cambio, eso sí, de que se le diera garantías escritas de que no se volvería a ingresar a nadie en prisión en el caso de que hubiese un nuevo 1-O. En otras palabras, que les cambiaba un Jaimito por una docena de 'Supermanes'. Y para qué seguir si con estos señores estamos siempre con lo mismo. Quid pro quo. Algo por algo, y si puede ser a la catalana, es decir, mucho por poco, pues mejor.
Hasta el domingo que viene, si Dios quiere, y ya saben, no tengan miedo.
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