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Ha tenido Logroño la mala suerte de que una de las efemérides más notables y mitológicas de toda su historia vaya a verse ensombrecida por la pandemia del coronavirus, pandemia que, por otra parte, también servirá de excusa para todos aquellos mandatarios que no han ... querido o no han sabido hacer su labor con la suficiente antelación. Y me refiero, sobre todo, al equipo de gobierno anterior, que tendría que haber estado trabajando en el Sitio de 1521 desde hace, al menos, un lustro. También es justo añadir que quienes ahora gestionan el Consistorio han perdido parte del precioso poco tiempo que les quedaba mareando la perdiz.
Estoy seguro, porque conozco bien a todos y cada uno de los componentes del equipo que va a renovar el espacio expositivo del Cubo del Revellín, de que el nuevo relato histórico, científico y museográfico va a ser impecable y vamos a poder disfrutarlo desde el 11 de junio. Pero también tengo que añadir que el Cubo necesitaba esa remodelación como el comer, desde hacía ya algunos años.
Sin embargo se ha perdido la oportunidad de hilvanar algo más grande y ambicioso, de haber organizado –previamente, claro– congresos e investigaciones para que Logroño y los logroñeses supieran que es lo que ocurrió, antes, durante y después del Asedio y pudieran leerlo en uno o más volúmenes.
También sé que, a falta de apenas seis meses, las intendencias municipal y regional están trabajando contrarreloj para que, al menos, quede constancia de una faena de aliño, que a muchos encantará, pero que no dejará de ser eso: una faena de aliño.
Por suerte o por desgracia, una exposición, un congreso, un V centenario no se organizan de la noche a la mañana, como si fuera un trampantojo. La investigación histórica debe ser lenta, rigurosa e inexorable, y si esta ciudad, esta región, tienen una asignatura pendiente es el desconocimiento que tenemos de nuestro pasado. Y no es por culpa de los profesionales, que los hay y muy buenos –como se verá en el Cubo del Revellín–, sino porque hasta ahora la voluntad política ha sido casi nula, salvo alguna excepción. Que se lo pregunten –si pudieran hablar...– al CCR o a la Casa del Inquisidor.
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