Niebla en Ginebra
ENTRE LÍNEAS ·
Los verificadores de la mesa PSOE-Junts conocieron bien a los socialistas en el diálogo para el final de ETA: cada 15 días se reunían con RubalcabaENTRE LÍNEAS ·
Los verificadores de la mesa PSOE-Junts conocieron bien a los socialistas en el diálogo para el final de ETA: cada 15 días se reunían con RubalcabaLa participación del centro Henry Dunant, dedicado a la mediación y resolución de conflictos internacionales, como verificador en la negociación PSOE-Junts nos retrotrae a su implicación en el diálogo que aceleró el fin del terrorismo ETA hace unos años. El instituto suizo tuvo un ... papel logístico fundamental en las conversaciones que emisarios del PSOE, entre ellos Jesús Eguiguren, mantuvieron con los interlocutores de ETA en Ginebra. Entonces, los suizos estuvieron resguardados a la sombra, en una lógica y necesaria zona de reserva.
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El propio Eguiguren confiesa que el centro Henry Dunant acabó conociendo perfectamente los puntos fuertes y débiles del PSOE en aquella negociación y tenía una idea precisa de lo que se podía hablar y de lo que nunca iba a ponerse como elemento de transacción encima de la mesa. Prácticamente cada quince días representantes del instituto suizo se reunían en Madrid con el entonces ministro del Interior, el ya fallecido Alfredo Pérez Rubalcaba, para realizar un seguimiento del proceso. A Rubalcaba, que quería estar informado hasta de los detalles más anecdóticos, le preocupaba al principio mucho la posibilidad de contraer compromisos políticos que fueran inconstitucionales o que no pudieran después cumplirse.
Ese fue uno de los mensajes más frecuentes en los comienzos. Por ejemplo, todo lo que tuviera que ver con el derecho de autodeterminación. Rodolfo Ares, que solo estuvo en Ginebra después del atentado de la T-4, en una última reunión que cercioró el fracaso, compartía las mismas inquietudes. La visión de Eguiguren era más abierta porque siempre ha considerado que la Constitución, al reconocer los derechos históricos, abre una puerta para encauzar la cuestión soberanista desde el pacto y no desde la ruptura.
Aunque el intento terminó con el atentado de Barajas, aquel proceso sirvió para poner las bases del final y desactivar la estrategia de los 'halcones' en ETA y precipitar su final. La determinación de Zapatero fue clave al asumir serios riesgos en coyunturas muy delicadas, cuando todo estaba a punto de saltar por los aires. No hace mucho tiempo que Eguiguren visitó la sede del centro en Ginebra y vio que hay dependencias decoradas con los acuerdos definitivos entre el Gobierno y la organización terrorista. Un ingrediente que hizo factible el milagro fue la gestión de los tiempos. La negociación sirvió para que la izquierda abertzale fuera consciente de que el tiempo era ya el de la política y de que el mantenimiento del terrorismo solo iba a terminar con su derrota social.
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Es evidente que el caso catalán es radicalmente diferente. Santos Cerdán se sentó el sábado con Junts en una primera 'reunión técnica' para comenzar a contrarrestar la gran desconfianza mutua. El primer compromiso difícil de cumplir será el de la discreción. Las palabras de Puigdemont esta semana, advirtiendo de que si el PSOE no cumplía los acuerdos firmados para la investidura podrían apoyar una moción de censura del PP, después enmendadas por Junts, han sido un pésimo preámbulo. Pero para eso los de Henry Dunant son especialistas en desarmar el lenguaje y buscar la distensión.
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Junts se mueve en un difícil equilibrio. Por un lado, está su su retórica hiperventilada, que obedece en buena medida a su competencia con Esquerra y a la épica en la que se envuelve a Puigdemont para no aparecer como un traidor a la causa.
El diálogo que se ha iniciado en presencia del centro Henry Dunant, como el de hace unos años, es un camino repleto de escollos. Entonces, el experimento fracasó. Pero el posterior adiós a las armas demostró que a medio plazo tuvo un efecto demoledor. Salvando distancias, Ginebra vuelve. Lo hace con niebla, lluvia y tres grados de temperatura. Una estampa de frío otoñal para el primer encuentro que alimenta el escepticismo. Solo sabemos que el futuro nunca está escrito. Como la historia, que puede pasar de la tragedia a la farsa con gran velocidad.
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