Del día del ahorro al día de la deuda

Pues bien, en este mundo cambiante, hemos pasado de no recordar ni celebrar algo tan sano para nuestras vidas y nuestra sociedad como el Día Mundial del Ahorro a tener que instaurar, algo tan funesto, sobre todo para nuestros hijos, como el Día de la Deuda. ¿Qué es el día de la deuda? Sencillamente es el día del año en el que al Estado se le ha acabado el dinero -ese que previamente nos ha sableado a todos los españoles- y a partir de entonces tiene que gastar de prestado. El Instituto de Estudios Económicos junto al Instituto Económico Molinari de Francia han establecido, previo estudio del déficit de los países, cuales son los Días de la Deuda de cada país. Y al gobierno español se le acabaron los recursos el lunes 9 de diciembre; lo que quiere decir que desde el pasado lunes hasta Nochevieja todo lo que gasten las Administraciones Públicas es dinero que no tienen. ¿Se imaginan esa situación en sus casas? En España, los gobernantes le han cogido cariño al gastar y nuestra deuda supone prácticamente todo el Producto Interior Bruto; esto quiere decir que tenemos que estar los españoles trabajando todo un año para pagar la deuda del Estado. Pero, ¿son conscientes de la herencia que estamos dejando a las futuras generaciones? Esto es más grave que el cambio climático solo que mucho menos mediático y, por supuesto, menos popular. Este cáncer económico no es solo de España, es global; como el mundo. Se ha alcanzado en nuestro planeta tierra el récord de deuda: 250 trillones de dólares; casi tres veces la producción económica mundial. Lo preocupante es que nadie alza la voz, los políticos quieren disponer de dinero para gastar y hacer lo que con sus patrimonios nunca harían y las nuevas tendencias progres Green New Deals y Modern Monetary Theory, de tendencia izquierdista y del gusto de los comunistas bolivarianos españoles, no paran de promulgar el aumento del gasto público generalizado; algo así como barra libre para todos. El imponer ficticiamente tipos de interés bajos para promocionar la financiación es forzar las reglas económicas y crear un estado generalizado de endeudamiento altamente peligroso. No es por asustar, es para prevenir y poner remedio, pero la crisis, el enfriamiento, la depresión o la ralentización económica, como narices queramos llamarla, está al caer y con cuanto menos deuda nos pille, mucho mejor.