Un acuerdo demasiado difícil
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Con el pacto de Gobierno, La Rioja evita la celebración de elecciones, aunque la tortuosa negociación deja en el aire dudas sobre la estabilidad del futuro EjecutivoSecciones
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Con el pacto de Gobierno, La Rioja evita la celebración de elecciones, aunque la tortuosa negociación deja en el aire dudas sobre la estabilidad del futuro EjecutivoEn la misma noche electoral del ya lejano 26 de mayo, los resultados parecían otorgar a la candidata socialista Concha Andreu un camino expedito hacia el Palacete de Gobierno. El PSOE había logrado 15 escaños y Unidas Podemos -la coalición que englobaba a IU, Podemos ... y Equo- se había quedado con dos. Una sencilla suma garantizaba la mayoría absoluta para un Ejecutivo de izquierdas liderado por el PSOE, después de 24 años de gobiernos consecutivos del Partido Popular. Sin embargo, esa supuesta placidez aritmética (15+2=17) derivó en un camino tortuoso y muy empinado, que tuvo su colofón en la primera (y fallida) sesión de investidura de Concha Andreu. El voto negativo de la única diputada de Podemos, Raquel Romero, dinamitó aquel día las posibilidades de Andreu, que sí contó con el apoyo de Henar Moreno (IU). Las acusaciones entre PSOE y Podemos subieron de tono casi hasta el insulto, de manera que cualquier posibilidad de acuerdo parecía esfumarse por completo. Mientras tanto, todas las demás comunidades autónomas fueron constituyendo sus correspondientes gobiernos, pese a que algunas de ellas, como Navarra o Aragón, ofrecían escenarios poselectorales mucho más complicados que La Rioja, que se convirtió en una anomalía de impacto nacional. Cuando la repetición electoral parecía un escenario probable, PSOE y Podemos reemprendieron -esta vez con una discreción extrema- las negociaciones que acaban de finalizar con éxito. A la espera de conocer todos los detalles del acuerdo, cabe felicitarse en primer lugar por la constitución de un Gobierno para La Rioja, con lo que se evita un regreso a las urnas que hubiera tenido muy difícil justificación. Los partidos implicados, en cualquier caso, harían bien en explicar a una ciudadanía atónita por qué han tardado tanto tiempo en llegar a un acuerdo que el 26-M parecía sencillo y que, sin embargo, acabó convirtiéndose en un espectáculo poco edificante de lucha descarnada entre socios. Estos tres meses han demostrado que Andreu no lo tendrá sencillo a la hora de ensamblar un tripartito (PSOE, Podemos e Izquierda Unida) cuyos integrantes han dado sobradas muestras de profesarse mutua desconfianza e incluso inquina. La política calagurritana, que se convertirá el 29 de agosto en la primera mujer presidenta de La Rioja -otro motivo de celebración-, deberá emplear mucho diálogo y mano izquierda para mantener su Gobierno remando al unísono y en la misma dirección.
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