Actual, que no es poco

A estas alturas de año deberíamos llevar ya un par de meses practicando ese deporte tan nuestro que consiste en despellejar la programación del festival Actual. Los nostálgicos renegarían por no encontrar en el cartel el sabor de los viejos tiempos, sus herederos echarían en ... falta la última revelación de la penúltima revolución musical y los modernos habrían desgastado palabras como mainstream y sold out. Es probable que los militantes de todos los bandos se encontraran sin saberlo codo a codo en cada concierto, en cada proyección, en cada muestra incluida bajo el paraguas del Actual. Al lado, también seguramente, de los que en vez de cuestionar nada se dedican a explorarlo todo y acuden a primeros de enero a los escenarios con su bono como quien entra fiel a la iglesia las fiestas de guardar. La única noticia esta vez es la mejor noticia: hay Actual. Tras el año más nefasto para la cultura y el resto de la vida que se recuerda, que el evento se celebre es un acontecimiento en sí mismo. La demostración de que los artistas no son responsables de un mal empecinado en buscar culpables y que es posible disfrutar de la música en directo con seguridad y todas las garantías en una comunión, si no igual, sucedánea a aquello que era la normalidad. No haber tenido en el 2021 Actual hubiera sido seguramente el preludio a descartarlo en el 2022, al igual que la edición Impar salvó en su día una cita que se daba por muerta en la crisis que entonces fue económica. Así que saboree Actual, bendiga que vuelva a ser el primer festival del año y aguarde al próximo para criticarlo.