Se acabó

La pandemia nos ha hecho olvidarnos de los grandes titulares. Y también de los pequeños, como el del perro al que confundieron con un león y generó el pánico en Molina de Segura, o el de las presas que se pusieron pedo a base de cubatas de gel hidroalcohólico. Si Charlie Brooker hubiera rodado su mockumentary aquí, no le habría hecho falta reírse del mundo a través a Hugh Grant: con entrevistar al tipo que se quedó dormido y borracho en un bar y llamó a la Guardia Civil para que lo rescataran, hubiera tenido bastante. O a José Antonio Avilés, que para terminar el año ha metido a 250 famosos en un grupo de WhatsApp. Mira, no aparezco en ninguno de los círculos de Twitter que se han publicado estos días, pero daría lo que fuera por haber estado dentro de ese grupo, viendo volar los cuchillos en forma de icono entre Ana Soria, Enrique Ponce y Paloma Cuevas y cotilleando los gifs que Antonio David le mandaba a Rocío Carrasco. Mientras, María Jiménez preguntaba en un mensaje de voz si alguien tenía un horno de segunda mano porque se la había roto el suyo. No encuentro mejor final para este 2020 que la Jiménez cantándole «Se acabó» al horno estropeado. Y al año que termina.