Acabar de frente con la guerra
Editorial ·
El apoyo económico y militar a Ucrania, lejos de suponer un riesgo de conflagración mundial, es la vía para impedirla mientras España y La Rioja siguen mostrando la solidaridad con los refugiadosSecciones
Servicios
Destacamos
Editorial ·
El apoyo económico y militar a Ucrania, lejos de suponer un riesgo de conflagración mundial, es la vía para impedirla mientras España y La Rioja siguen mostrando la solidaridad con los refugiadosLas arengas de Vladímir Putin y la persistencia de los ataques rusos contra la población civil ucraniana y sus infraestructuras básicas al cumplirse hoy un año de la invasión permiten concluir que el Kremlin pretende sacudirse la frustración por no haber logrado ni de lejos ... los objetivos bélicos y geopolíticos que pretendía incrementando la militarización de la sociedad y la economía rusas. La narrativa que ha empleado estos días el autócrata no tiene fácil vuelta atrás, al imputar todas las culpas a Occidente para que sus connacionales se sientan víctimas de una injusticia histórica de la que la propia existencia de Ucrania representaría un oprobio. No solo se trata de un relato dirigido a soslayar las penurias materiales que soportan millones de rusos, a impedir que la población de aquel gran país se percate de que cada bombardeo contra los ucranianos recorta aún más sus libertades, a obviar que una dictadura es esencialmente un sistema de corrupción. Al dejar de hablar de paz y de negociaciones para alcanzarla, al distanciarse en términos equívocos del acuerdo Start sobre control de armas nucleares, Rusia pretende imponerse como una potencia dispuesta a sacrificar el bienestar y hasta la vida de sus ciudadanos, convertidos en vasallos, con tal de aparentar ser lo que no es en el mundo global mediante una coacción sin límites que emplea la guerra desatada contra Ucrania para desafiar a Europa y a todos los países democráticos. Así intenta atraer el interés de gobiernos y dirigentes de regiones del planeta cuyos habitantes alberguen razones para sentirse desasistidas por el mundo desarrollado. La posibilidad de que la guerra se cronifique ofrece una vertiente aún más peligrosa si su perpetuación agrava conflictos armados actuales u otros latentes de los que la violencia no se haya adueñado del todo. La implicación creciente de los países democráticos en salir al paso de las pretensiones del Kremlin no supone, como Moscú intenta falsear y argumentan algunos grupos políticos en la Europa occidental, un riesgo de conflagración. Todo lo contrario: responde a la urgente necesidad de atajar precisamente ese peligro impidiendo que Putin se salga con la suya para hacerse valer sobre estados fallidos o regímenes autoritarios del resto del mundo. La visita de Pedro Sánchez a Kiev comprometiendo más ayuda económica y militar representa el sentir de la inmensa mayoría de los españoles que no comulga ni con la ingenuidad ni con una equidistancia inevitablemente cómplice.
El que se ha vivido este año La Rioja ha sido un ejemplo más de la súbita reacción con que apenas unas horas después del inicio de la invasión rusa, del principio de la guerra, los riojanos manifestaron su solidaridad con el pueblo ucraniano. Este viernes se recuerdan incluso con emoción tantas iniciativas para ofrecer calor de hogar a los obligados exiliados de la zona de conflicto; la decisión de quienes no dudaron siquiera en ponerse al volante de un vehículo para llevar ropa, comida, medicamentos... lo que fuera necesario, al pueblo invadido por la sinrazón de Putin; se siente el cosquilleo de ese íntimo y silencioso orgullo de quien ha aportado, en conciencia, su grano para hacer ese granero de calor humano que siguen necesitando nuestros vecinos europeos de Ucrania. Cerca de 600 encontraron aquí un lugar de «vida inesperada» gracias al esfuerzo privado y público. Y como La Rioja cumplió, debe seguir cumpliendo y no sucumbir, como advierte en estas páginas Josep Borrell, al riesgo de acostumbrares a los crímenes de guerra y a la sinrazón de Putin, porque un año después sigue matando niños, mujeres y hombres y sigue destruyendo la vida de un país.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.