Un abismo entre Sánchez e Iglesias
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Si las dos formaciones no aceptan un pacto programático, habrá elecciones el 10-NEl pleno extraordinario del Congreso dedicado a la inmigración permitió el jueves calibrar el grado de confrontación que existe entre el Gobierno socialista en funciones y Unidas Podemos, que fue la más dura oposición al Ejecutivo. Pese a ello, el mismo día Pablo Iglesias insistía ... en reclamar a Sánchez una coalición y llegaba a decir, en un increíble reconocimiento de viejos errores, que si el líder socialista volvía a ofrecerle la vicepresidencia y las tres carteras que él rechazó en julio, aceptaría la fórmula, siempre que se incluyeran en el lote las políticas activas de empleo, que siguen obviamente siendo competencia de las comunidades autónomas. En el modelo constitucional español, el consejo de ministros no es un órgano colegiado en que las decisiones se adopten por votación. El presidente del Gobierno es el titular del poder ejecutivo y nombra y destituye a discreción a su equipo de colaboradores, los ministros. Quiere decirse que el gabinete debe ser un ente homogéneo, sin fisuras ni facciones, por lo que resultaría muy complicado incorporar a personas de otras sensibilidades, a menos que tuvieran muy clara su posición. Los hechos ponen de manifiesto graves diferencias de fondo entre PSOE y UP. Mientras Sánchez acudía gustoso al G-7, en prueba de la relevancia internacional de nuestro país, Unidas Podemos se adhería a quienes protestaban en Biarritz al otro lado de las barricadas. Y en tanto el PSC y el PSOE se preparan para encajar la sentencia del 1-O de la forma menos traumática posible, portavoces de UP siguen hablando de 'presos políticos' y de 'derecho a decidir'. Las malas relaciones entre socialistas y comunistas (y afines) son legendarias y pese a ello, hoy, tras la caída del Muro de Berlín, hay numerosos puntos en común, en políticas sociales y otras, entre las fuerzas de ambas sensibilidades en Europa. El 'modelo portugués' es un ejemplo a mano. Pero para estas fórmulas no hacen falta ni la plena confianza recíproca ni una sintonía integral en asuntos delicados que evidentemente no existe. Así, todo indica que si PSOE y UP no abandonan la búsqueda de la coalición imposible y no aceptan un pacto programático, la cuestión se dirimirá en las elecciones del 10 de noviembre. Demasiado tiempo desperdiciado.
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