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El Día de la Mujer Trabajadora se celebró ayer de una forma casi íntima ante las restricciones que impone la pandemia. Pero la jornada sirvió para exponer frustraciones y, sobre todo, defender aspiraciones para esta generación y las que le sigan. La mujer riojana, desde ... sus más diversos ámbitos, volvió ayer a denunciar las sonrojantes actitudes discriminatorias de una parte de la ciudadanía –por suerte, cada vez más identificada y aislada–, que sigue penalizando su desarrollo personal y profesional. Sin embargo, en este 8 de marzo también las riojanas entonaron el 'mea culpa': solo si las mujeres son capaces de creer en sí mismas y en sus posibilidades se logrará la igualdad entre sexos. También debe creer en ello una sociedad desquiciadamente contradictoria: al mismo tiempo que elogia a cada hombre que ejercita su derecho (y yo diría, obligación) a la baja de paternidad, se discute la 'rentabilidad' de las mujeres porque, tras las dieciséis semanas de permiso, llegarán más semanas en las que las madres, qué osadía, reclamarán 'flexibilidad' para atender a sus hijos.