Saborear la derrota de ETA
Han puesto al Kubati ese, el que asesinó a Yoyes, a pastorear el cabreo de los presos
JOSÉ MARÍA CALLEJA
Viernes, 7 de abril 2017, 00:37
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JOSÉ MARÍA CALLEJA
Viernes, 7 de abril 2017, 00:37
Un 29 de marzo de 1992 se empezó a construir la derrota de ETA. El golpe policial en Bidart, trabajado y planificado por la Guardia Civil, ejecutado por la policía francesa, llevó a la cárcel a la dirección de la banda y fijó en los terroristas, y en su brazo político, la certeza de que el Estado no sería derrotado, como habían fantaseado. ¡Cómo lloraban los batasunos!
En aquel momento, hace 25 años, la obviedad de decir que la solución del terrorismo pasaba por la detención de los terroristas estaba mal vista por la comunidad nacionalista. Escribías eso y te llamaban policía periodista. Lo fetén era encubrir el plan de exterminio organizado por la banda con la expresión «soluciones políticas»; ceder y entregarse, traducido al español.
Aquel topetazo a la cúpula etarra -Pakito, Santacristina, Fitti, al talego- quebró la teoría del empate infinito entre el Estado y ETA, que obligaría a los exterminables a ceder a las pretensiones de los terroristas para que así acabara el partido. El partido ha terminado hace cinco años, con el resultado de derrota de ETA: ni una sola de sus reclamaciones inaugurales conseguidas. No ya la alternativa KAS, ¡juajua!, tampoco la amnistía, ni que decir tiene un estado étnico propio, o «que se vayan» policías y guardias civiles
Los que pusieron a funcionar el odio, la muerte y el miedo para aniquilar a los españoles, así se apellidaran Pagazaurtundua, han sido vencidos por la policía, la justicia, la política y la movilización ciudadana. También por el aburrimiento.
Decir que ETA estaba siendo derrotada, antes de que lo certificara ella misma, con disfraz Ninja, hace cinco años, estaba pero que muy mal visto por los que se negaban al desarme por ser sinónimo de derrota. Los que nos han quitado la vida, han socializado el sufrimiento y han creado la tristeza como seña identitaria vasca, son los mismos que ahora ponen en marcha una coreografía para 'saborear' el final de terrorismo; presentado como una jornada de campo que eluda la imagen de fracaso sangriento. ¿Saborear?, como si fuera un soberano, ¿una piruleta?
Los presos etarras, doblemente encarcelados: por el Estado y por la propia banda -que durante años ha impedido las vías individuales que les hubieran llevado a la calle hace tiempo- deben estar en ese momento de hacer recuento del catálogo de la derrota. De la Amnistía no se negocia de los ochenta, a salgan de uno en uno y con los brazos en alto. Del dale que te pego hasta la victoria final, a sálvese quien pueda por los intersticios del Estado de Derecho. Del mañana nos pertenece, a qué bochorno.
Han puesto al Kubati ese, el que asesinó a Yoyes delante de su hijo por hacer antes de tiempo lo que él hizo después de años de cárcel, a pastorear el cabreo de los presos. No cabe más derrota.
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