El comisario jubilado José Manuel Villarejo acudió este miércoles de nuevo al Congreso para comparecer en la comisión de investigación de la 'operación Kitchen', el uso de fondos públicos del Ministerio del Interior con la finalidad de favorecer intereses políticos del PP y de anular ... pruebas incriminatorias para este partido en casos de corrupción.
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Más allá de los habituales chascarrilos de Villarejo sobre asuntos extemporáneos -dijo que se llegaron a fabricar «hormonas femeninas» e inhibidoras de testosterona para bajarle la libido al rey emérito-, el investigado reiteró sobre la operación de espionaje a Luis Bárcenas que los dos pesos pesados del PP entre 2013 y 2016, Mariano Rajoy y María Dolores de Cospedal, conocían la marcha del dispositivo.
Ello, pese a que el juez instructor del caso, Manuel García Castellón, concluyó en julio pasado la investigación, exoneró a la ex secretaria general popular y cerró las pesquisas referidas al expresidente.
El juez justificó entonces la falta de indicios en el caso de Cospedal y la imposibilidad de conocer si Villarejo contactaba con Rajoy a través de varios teléfonos móviles. Pero el comisario jubilado mantuvo este miércoles en el Congreso que, lejos del auto de conclusiones de García Castellón, recurrido ante la Sala de lo Penal, acudió a la sede del PP para verse con Rajoy en marzo de 2014 y cerciorarse de que él daba las órdenes y estaba detrás del caso.
Esa es la impresión que tenía, relató, después de que Rajoy le hiciese preguntas concretas a través de SMS sobre los avances del operativo, del que Villarejo informaba a sus «enlaces»: Cospedal, el exministro del Interior Jorge Fernández Díaz y su número dos, Francisco Martínez. Las contestaciones a Rajoy «eran breves y cortas como sus preguntas», dijo Villarejo, que reconoció a los diputados que se llegó a molestar porque daba la impresión de que el expresidente «no se fiaba de los interlocutores». Además de este encuentro, Villarejo explicó que se ha visto con Rajoy «en tres o cuatro ocasiones», pero que no habló del espionaje a Bárcenas.
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Tras Villarejo compareció el exjefe de la Unidad Central de Apoyo Operativo (UCAO), Enrique García Castaño. El comisario jubilado confirmó que informaba de los seguimientos a Francisco Martínez y señaló que Villarejo le dijo que tenía acceso a Rajoy.
El compareciente reiteró la versión que ya ofreció en primavera, pero se mostró visiblemente molesto porque, según admitió, su colaboración tanto con el Congreso como con la Justicia no le ha «traído ningún beneficio», sino más bien «muchos perjuicios». «Si aquí hablo una cosa en sede judicial me echan en cara que por qué. Me he autoinculpado. ¿Qué más puedo hacer?», se lamentó.
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Preguntado sobre el supuesto móvil que Villarejo decía utilizar para hablar con Rajoy, aseguró no tener «ni idea» pero que por su experiencia la «trazabilidad es absoluta». Una idea contraria a la que ha mantenido el juez instructor en el auto de cierre de la investigación.
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