Cristian Reino
Lunes, 13 de febrero 2023, 16:51
El 'postprocés' está provocando fenómenos curiosos en la política catalana: regresa la antigua Convergència, mientras ERC quiere parecerse al partido que gobernó Cataluña durante 23 años. La vieja guardia del partido que fundó Jordi Pujol en 1974 ha lanzado una OPA al sector radical de ... Junts y aspira a quedarse con el control de la formación. Las elecciones municipales serán la prueba del nueve. Junts, formación que surgió como una escisión del PDeCAT, siglas que a su vez nacieron, en parte, para tapar la corrupción de CDC, ha optado por Xavier Trias como aspirante a la alcaldía de Barcelona.
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Ya lo fue entre 2015 y 2019. Fue consejero de la Presidencia en el Govern de Jordi Pujol, además de portavoz de CiU en el Congreso. Tiene 75 años. La semana pasada presentó en sociedad su candidatura. Escenificó el regreso de la hasta hace poco denostada Convergència: Pujol y Mas en las primeras filas, sin 'esteladas' (banderas independentistas) y apenas citó la marca Junts.
Trias defiende sin complejos el legado pujolista. Al día siguiente de su puesta de largo, Jordi Pujol fue agasajado en la presentación de un libro. Fue recibido en pie y ovacionado. No hace mucho, era un apestado y nadie se atrevía a invitarle a actos, tras confesar en 2014 que tuvo durante décadas una fortuna oculta al fisco en paraísos fiscales. En Junts intentaban tapar tanto su pasado político que costaba encontrar a un dirigente que se confesara convergente. Ya no. La corrupción, los recortes en el estado de bienestar y las privatizaciones están amortizadas en el imaginario nacionalista conservador. Prima tocar a rebato para poner «orden», antes de que la izquierda, ya sea la de ERCo el PSC (o ambas juntas), se consolide en la presidencia de la Generalitat durante años.
Al margen de la pompa de la presentación, el alcaldable ha hecho dos gestos que marcan perfil. Se ausentó de la protesta contra la cumbre Sánchez-Macron en Barcelona (Junts acudió en bloque) y no fue a arropar a Borràs el viernes en el inicio de su juicio. La expresidenta del Parlament, en cambio, sí estuvo en el lanzamiento de su candidatura.
La formación de Puigdemont libra desde hace tiempo una batalla interna. Los dos sectores pugnan por el control del partido. Por un lado, los más radicales, encabezados por Laura Borràs que es la presidenta del partido. Insisten en la unilateralidad. Y por otro, los que abogan por una vía más pragmática, los convergentes de toda la vida, representados por Jordi Turull como secretario general. Estos últimos no eran partidarios de salir del Govern y están abiertos a hacer pactos transversales, por ejemplo con el PSC, como defiende Trias.
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Si se impone el sector menos radical, podría tener consecuencias en clave nacional. Junts se opone de manera categórica a arrimar el hombro en la gobernabilidad española. Pero no el PDeCAT, que es quien representa ahora en Madrid lo que era la exCiU. Pedro Sánchez podría sumar más apoyos en el Congreso y jugar a dos bandas con los grupos catalanes, como hace con el PNV y EH Bildu.
El pulso interno en Junts está en tablas tras el último congreso. Pero las elecciones municipales marcarán un punto de inflexión. Trias puede ganar –así lo reflejan las encuestas en la pugna contra Colau, Collboni y Maragall–. Su victoria sería un aval para los que apuestan por que Junts baje del monte y regrese a la ortodoxia de un centro derecha nacionalista moderado. El contexto favorece a este sector pragmático, toda vez que Laura Borràs ha decidido apartarse un tiempo mientras se centra en el juicio por el que puede ser condenada a seis años de prisión. Todo lo que no sea una sentencia absolutoria es la muerte política para la expresidenta del Parlament. Los que le tienen ganas en su partido aprovechan su situación procesal para tomar posiciones y darle un vuelco a la formación. Los exconsejeros Jaume Giró y Victoria Alsina reivindican el legado pujolista y se van postulando como futuros candidatos a la Generalitat.
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Con Borràs fuera de circulación durante un tiempo, Puigdemont dedicado a defender su causa personal en la justicia europea, los viejos convergentes, como Trias, Turull o Batet, se hacen fuertes. Nadie discute la figura y el liderazgo de Carles Puigdemont, pero el propio expresidente de la Generalitat decidió apartarse de las labores orgánicas en Junts.
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