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Lidia Carvajal
El vía crucis de las 35 votaciones perdidas
Radiografía de la legislatura

El vía crucis de las 35 votaciones perdidas

Radiografía de los tropiezos del Gobierno. El PNV ha propiciado el mismo número de derrotas que Junts, pero el rechazo de los de Puigdemont ha sido más determinante

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Domingo, 29 de septiembre 2024, 00:24

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El Congreso no votó el pasado jueves la senda de estabilidad después de que el Gobierno retirase el martes su tramitación in extremis para evitar un nuevo puñetazo parlamentario de Junts y que hubiera supuesto la 36ª derrota del PSOE en la legislatura y la cuarta en el nuevo curso político. Desde la investidura de Pedro Sánchez, los socialistas han perdido 35 votaciones en todo tipo de iniciativas parlamentarias (proposiciones de ley, proposiciones no de ley, mociones, enmiendas, etc.). Todos los socios de investidura han propiciado en algún momento derrotas, ya sea por acción -votando en contra o a favor- u omisión -absteniéndose- con diferente impacto.

Junts y PNV han dado la espalda al PSOE el mismo número de veces, 14 votaciones. Pero el sentido del voto de los siete diputados postconvergentes ha sido en ocasiones más decisivo o ha infligido un castigo mayor al Gobierno que el de los peneuvistas. Ya enseñaron los dientes tumbando la ley de amnistía el enero, la senda del déficit en el último pleno antes de las vacaciones y haciendo fracasar la norma que limita los alquileres temporales.

Los socialistas prefieren mirar el vaso medio lleno, fijándose en las más de 500 votaciones que el PSOE ha ganado y no en las 35 que han perdido.

Esta es la radiografía de las 35 votaciones en contra:

Pese a lo voluminoso del dato cabe precisar que solo uno de estos reveses corresponde a una ley aprobada por el Gobierno de coalición y que el castigo, en esta ocasión, no corrió a manos de los junteros sino de Podemos.

Fue el 10 de enero, cuando los morados tumbaron el decreto ley redactado por el ministerio de Yolanda Díaz que incluía una reforma del subsidio por desempleo.

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Pero al margen de las leyes del Ejecutivo, el PSOE ha perdido otras 34 votaciones en las que Junts ha sido determinante.

Su voto en contra el 30 de enero dilató la tramitación de la ley de amnistía. Los de Carles Puigdemont unieron sus votos al 'no' del PP, Vox, UPN y CC y la Cámara baja rechazó la proposición de ley en aquel pleno, devolviendo la iniciativa a la Comisión de Justicia. El texto que finalmente pactaron Junts, ERC y PSOE fue aprobado el 30 de mayo después de un largo camino parlamentario y de que el Congreso levantara el veto del Senado.

Justo un mes después, el 29 de febrero, la abstención de Podemos y Junts propinó una nueva derrota al Ejecutivo con la reprobación -promovida por el PP y apoyada por Vox- del ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, por la muerte de dos guardias civiles al ser arrollados por una narcolancha en Barbate (Cádiz).

El 14 de marzo la oposición ganó la primera votación del 'caso Koldo' a través de una moción de los populares en la que exigía al Gobierno la depuración de responsabilidades, auditorías y documentación sobre contratos de la pandemia. La iniciativa salió adelante por la abstención de Junts y ERC.

El 9 de abril, la iniciativa del PP exigiendo la deflactación del IRPF para compensar la subida de la inflación salió adelante con la abstención de Junts, PNV y BNG.

Dos semanas después, la votación del 23 de abril para la toma en consideración de una proposición de ley del partido de Alberto Núñez Feijóo para relajar la protección al lobo ibérico dejó solos a PSOE y Sumar. La iniciativa del partido conservador logró aglutinar el 'sí' de Vox, Junts y PNV y la abstención de EH Bildu.

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Mayo: una ley perdida y otra retirada

El PSOE encajó ocho nuevas derrotas. Seis en la sesión plenaria del 21 al 23 de mayo. El mayor correctivo lo padeció el día 21, cuando la proposición de ley contra el proxenetismo, que solo recabó apoyos en el Grupo Mixto (BNG, CC, UPN y el exministro socialista José Luis Ábalos- y el socio minoritario del Gobierno votó en contra al igual que el resto de socios junto al PP mientras que Vox optó por la abstención. Esta ha sido la primera vez en la legislatura que decaía una ley impulsada por el grupo socialista.

Y solo dos días después, el 23, cinco derrotas más: dos en sendos puntos de una proposición no de ley del PP sobre el acceso a alimentos básicos y las otras tres en una moción, también de los populares, sobre política exterior. A estos seis reveses se sumaron otros dos el 30 de mayo y aquí el rechazo se Junts sí que resultó clave. Primero absteniéndose en una iniciativa del grupo plurinacional para proporcionar más información económica a los sindicatos en las negociaciones de los convenios colectivos (también lo hizo el PNV) uniendo sus votos junto a PP, Vox y UPN en el primer punto de una moción de los de Feijóo sobre políticas de juventud (exenciones fiscales a los menores de 34 años en los primeros años de su vida laboral). Ese día, el Ejecutivo retiró la ley del suelo, precisamente porque no tenía recabó los apoyos suficientes para que pudiera llegar a buen puerto.

Lejos de levantar cabeza, el PSOE concatenó otras siete votaciones perdidas en junio. El día 20 salieron adelante, pese al rechazo de los socialistas, los siete puntos de una proposición no de ley del PP sobre el Sáhara Occidente y las relaciones con Marruecos (Sumar apoyó instar al Gobierno a comunicar a Marruecos la posición respecto al Sáhara, pero también a las aduanas comerciales de Ceuta y Melilla).

Una semana después, el día 27, salió adelante una proposición no de ley del PP para exigir una mayor dotación de profesionales sanitarios de atención primaria. En esta iniciativa Junts votó en contra, es decir, apoyó al Gobierno mientras que el PNV unió sus votos a PP, Vox, UPN y la abstención de ERC, Podemos y CC—. Los grupos del Gobierno también vieron como se aprobaban, pese a su voto negativo, seis puntos de una moción del PP sobre varios asuntos relativos al control parlamentario, el cumplimiento de los mandatos de la Cámara y el respeto a la función legislativa del Congreso.

En julio, mes que se habilitó en el Congreso, el PSOE no pudo impedir que se aprobaran dos enmiendas del Senado a la Ley de Paridad Ejecutivo y que Junts volviera a amenazar la mayoría del bloque de investidura alineándose con PP y Vox para rechazar la reforma de la ley de extranjería y contra la senda de estabilidad presupuestaria, clave para la tramitación de los Presupuestos Generales del Estado.

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Nuevo curso político

El PSOE no comenzó el curso político mejor de lo que terminó julio. El 11 de septiembre, el Congreso de los Diputados aprobó la iniciativa del PP para reconocer al opositor Edmundo González como presidente electo de Venezuela. Una iniciativa que Junts no votó, al ausentarse del pleno, pero a la que se sumó el PNV. No fue la única. En esa sesión los socialistas tampoco lograron sacar adelante una iniciativa de ERC sobre la reducción del tiempo de trabajo, a pesar de haberla respaldado.

El último descalabro parlamentario se produjo el pasado 17 de septiembre, después de que los junteros, que unas horas antes habían anunciado que se abstendrían en la admisión a trámite de una proposición de ley de los socios a la izquierda del PSOE para modificar la Ley de Arrendamientos Urbanos y limitar el alquiler de temporada y habitaciones y finalmente votaran en contra, al igual que PP y Vox.

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