Mueren seis personas arrolladas por un camión español en una barbacoa en Países Bajos

La Policía detuvo y trasladó inmediatamente a una comisaría al conductor, un español de 46 años, que trabaja para la empresa de transportes El Mosca, con sede en Murcia, y cuyo vehículo fue incautado para su revisión técnica. Las autoridades descartaron la presencia de alcohol en su organismo. «Sabemos que no había estado bebiendo. Fue arrestado por causar un accidente fatal y lesiones corporales graves. Su papel en el incidente está bajo investigación», explicaron en un comunicado las fuerzas de seguridad holandesas, que mantienen abiertos «todos los escenarios sobre los hechos».

La tragedia tuvo lugar el sábado hacia las 18.00 hora local, cuando un camión salió de la carretera en el pueblo de Nieuw-Beijerland y se precipitó contra un grupo de personas que participaba en una barbacoa organizada por un club de patinaje. Las víctimas mortales son tres mujeres de 28, 32 y 75 años, y tres hombres de 41, 50 y 62, según fuentes policiales. Tres de ellas son de la misma familia (una madre, su hijo y la nuera, que estaba embarazada de ocho meses).

Desde la empresa de transportes El Mosca confirmaron al diario 'La Verdad de Murcia' que el camionero se salió de la vía al tratar de esquivar una furgoneta, la cual «presuntamente propició el accidente». Al realizar la maniobra, cayó por un terraplén y se precipitó sobre el grupo de personas que celebraban la barbacoa. «Es una desgracia», lamentaron desde la compañía, al tiempo que aseguraron que están recabando datos y permanecen en contacto con las autoridades del país neerlandés para ofrecerles su colaboración en el esclarecimiento del suceso. La firma también quiso enviar su «más sentido pésame» a los allegados de las víctimas y «una pronta recuperación a los heridos», así como un mensaje de ánimo al conductor español y a su familia, «que están viviendo unas horas realmente complicadas».

«Fue un desastre. Vi que el camión golpeó a una mujer y gente debajo del camión que estaba atrapada. Había niños entre ellos. Fue simplemente desagradable», detalló Rody Jongebreur, testigo de lo sucedido y que cuenta con lesiones graves en la pierna, según el diario holandés 'De Telegraaf'. «Mi hija pudo saltar a un lado justo a tiempo, yo también me tiré al suelo y mi mano cayó sobre vidrios rotos», explicó.

En el momento del arrollamiento, entró en pánico. Como otros vecinos de la zona. «No vi a mi hijo y tenía mucho miedo de que estuviera debajo del camión. Nunca he estado tan asustado». Por fortuna para Jongebreur, un momento después se encontró al menor con su mujer, ambos fuera de peligro. «Fue un gran alivio», dijo el neerlandés, que el sábado estaba de celebración por sus 34 años recién cumplidos. «Nunca olvidaré este cumpleaños, ha sido simplemente horrible. Pero el mejor regalo es que sigo aquí y que mi esposa y mis hijos están bien. Hemos tenido un ángel en nuestro hombro», afirmó.

«¿Hubo muertos?», se preguntaban algunos residentes de la aldea entre la esperanza y el miedo. Con el corazón en un puño, una vecina buscaba en cada rincón a su hijo, que «estuvo perdido por un tiempo», pero «afortunadamente» logró dar con él, y en buen estado. Louis Zagwijn, cuya vivienda se sitúa cerca del incidente, pudo escuchar desde la calidez de su hogar las sirenas de los servicios de emergencia. «Es terrible. He vivido aquí durante cuarenta años, pero nunca había experimentado algo tan terrible», declaró con pesar.

«Es inimaginable que suceda algo tan malo. No tengo palabras para esto», lamentó Van Lieshout. «Muchas veces paso por este lugar con una sonrisa, pero ahora se convertirá en un valle de lágrimas. Todo el pueblo está de luto profundo».