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Arturo Checa
Chiva (Valencia)
Domingo, 27 de abril 2025, 00:32
Aquí hay aceras voladizas con el subsuelo aún horadado por la fuerza del agua. Un maltrecho y arrasado puente sobre el barranco del Gallego que ... ni siquiera tiene un semáforo definitivo para regularlo. El rojo y el verde se combinan con dos señales provisionales, alimentadas por una batería portátil, y largas colas de vehículos que se acumulan a uno y otro lado para atravesar el paso que sirve de enlace con la A-3. Intentar transitar por el camino de Tizón, la otra única salida de la urbanización para un millar de vecinos, hacia la A-7, es lo más parecido a un entrenamiento para el París-Dakar, entre baches, socavones que destrozan bajos de vehículos y una peligrosa combinación de vehículos y peatones por una calzada de apenas unos metros de ancho.
En las calles más cercanas a las cumbres de la Sierra Perenchiza, la que da nombre a la urbanización, hay aún tramos con ostentosas cicatrices de la riada. «Aquí el daño lo hizo directamente la lluvia, la que cayó aquella tarde, no la avenida de agua de los barrancos como desgraciadamente les pasó a otros...», explica un residente de un enclave nacido en los años 60, hoy principalmente escenario de segundas residencias pero que aglutina durante todo el año a más de 1.000 vecinos y que en verano llega a doblar su población.
Llegar a la urbanización Sierra Perenchiza, a unos 20 minutos de Chiva, es retroceder seis meses en el tiempo. Al menos. «Llevamos décadas sin ninguna reforma de calado», explica otro vecino. Prefieren no dar nombres. «Aquí nos conocemos todos y hay mucho politiqueo», exclama uno de los más veteranos de la media decena de residentes que reciben a este periódico para denunciar lo que ellos consideran abandono y olvido tras los azotes de la dana.
«Hace tres semanas que nos dijeron que estaría acabado, y mira...», lamenta uno de ellos. Mientras, señala el arrasado puente sobre el barranco del Gallego. Un desvío provisional (a finales de marzo la conselleria lo pausó por la lluvia) por el que sólo caben coches en un sentido es por ahora el único enlace con la A-3, principal vía de acceso el lugar. Una señal prohíbe el paso a vehículos de más de 3.500 kilos, «pero no dejan de entrar camiones y se está deteriorando», subrayan.
El «nos dijeron» hace referencia a la Conselleria de Medio Ambiente, Infraestructuras y Territorio, ente de quien depende la obra definitiva. «En fines de semana o épocas vacacionales puedes estar media hora para pasar por el semáforo», critican. Es uno de los inconvenientes, aunque hay otro si cabe más urgente. «Desde el 29 de octubre no pueden venir a la urbanización los autobuses escolares. Hasta cinco rutas dependen de ese punto. Los padres tienen que llevar a los niños a tres kilómetros de distancia para que cojan el bus, y aquí mucha gente se quedó sin coche en la dana».
Aún esperan una solución. Justo el 24 de abril, desde el Ayuntamiento de Chiva señalaron en las redes sociales que se había reunido el concejal de Educación con la Conselleria de Educación para «buscar soluciones urgentes a las incidencias relacionadas con las rutas escolares» en la zona. Una nueva promesa que los residentes de Sierra Perenchiza esperan que se materialice.
La del paso del Gallego no es la única 'ratonera' de la urbanización. La otra salida natural de la urbanización es el llamado camino de Tizón. Un camino más que carretera. Pedregoso, repleto de baches y socavones. Sin arcén y habitualmente utilizado por residentes para caminar o salir a correr. Entre coches que zigzaguean para esquivar las hendiduras del terreno y a los peatones. No es precisamente ningún prodigio de seguridad.
«Empezaron a parchear para arreglar, pero lo dejaron. Lo que asfaltaron se ha vuelto a estropear y lo demás pues ya ves cómo está», señala uno de los vecinos al volante de un coche, mientras esquiva obstáculos. «Ya se han dejado unos cuantos amortiguadores, bajos y hasta algún cárter», añade.
La situación no es más halagüeña en el núcleo poblacional. El guía al volante pasa por un club privado deportivo. «Son las únicas instalaciones deportivas que hay. Ni rastro de municipales». Ya jubilado, el vecino lamenta que el Ayuntamiento de Chiva tampoco tenga en cuenta a la gente mayor de la urbanización y que no desarrolle actividades culturales para ellos. También aseguran que hace dos semanas que desde la administración se les prometió una solución para estos desperfectos. Nada. «Nos tienen olvidados».
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