Trapero revela que se ofreció él mismo para detener a Puigdemont tras la DUI

El 'major', en una estrategia pactada con su letrada Olga Tubau, se adentró en aquella operación que ya esgrimió el pasado año en el Supremo como prueba de que, en modo alguno, era un hombre de confianza de Puigdemont. Trapero, casi al final de sus once horas de declaración, relató que dio las primeras instrucciones para montar ese operativo secreto el 24 de octubre de 2017 en una reunión que mantuvo con su 'número 2', el comisario Ferrán López, y con Juan Carlos Molinero, jefe de la Comisaría de Coordinación Central en el cuartel general de los Mossos en la sede de Egara, en Sabadell.

Fue allí donde se ofreció «personalmente» para encabezar el dispositivo de captura del expresidente, dado que ese gesto iba a «tener trascendencia de por vida» y pensaba que debía llevarlo a cabo el máximo responsable del cuerpo. Según Trapero, sus dos hombres de confianza rechazaron la propuesta, aunque el 'major' sí que impuso su criterio de que debían ser dos mandos (dos comisarios o un comisario y un intendente) los encargados de poner los grilletes al exjefe del Ejecutivo catalán y al resto de miembros de su Gobierno.

Trapero, que hasta su paso por el Supremo el 14 de marzo de 2019 nunca antes había hablado de ese plan que demostraría que durante los momentos más tensos del 'procés' el major estaba del lado de los jueces y no del Govern, reveló que en ese encuentro pidió a los mandos especial «sigilo» porque «no era una cuestión que debía conocerse por mucha gente» y que, sobre todo «no debía llegar a las personas afectadas».

En ese mismo encuentro -explicó el mando imputado- también se abordó un plan ante la contingencia de que en esos días de finales de octubre, con la DUI a las puertas, se produjese una «ocupación del Parlament». Tanto el operativo para detener al Govern y enfrentarse a la toma de la cámara autonómica -afirmó Trapero- se acabaron de diseñar el 26 de octubre de 2017, un día antes de la DUI, según le comunicó Ferrán López.

Pero no solo fue el plan de detención de Puigdemont. En sus últimos minutos en el estrado, como ha hecho durante toda esta semana, Trapero siguió intentando desmarcarse todo lo que pudo del expresidente huido y de su Govern. En otra declaración sorprendente, el mando policial confesó «lamentar» no haber convocado una rueda de prensa para desvincularse de forma de los planes de Govern de seguir adelante con el 1-O.

Según el 'major', los mandos del cuerpo sopesaron muy seriamente esa opción, sobre todo a raíz de la «frustración» que le supuso la reunión con Puigdemont, el exvicepresidente Oriol Junqueras y el exconsejero de Interior Joaquim Forn el 28 de septiembre de 2017, en la que los dirigentes políticos le confirmaron su intención de mantener el referéndum a pesar de que el propio Trapero les insistió en suspenderlo.

A modo de despedida del tribunal y para dejar claro que sigue, a día de hoy, distanciado del independentismo, Trapero desveló que ha rechazado la oferta de Quim Torra de volver a dirigir los Mossos y la propuesta de un partido político soberanista, a través de su abogada, de ir en sus listas. Según fuentes jurídicas, fue el propio Puigdemont el que ofreció al major entrar en Junts Per Catalunya. «Les dije que ni me llamaran», concluyó Trapero.

Mucho más corto fue el interrogatorio de Teresa Laplana, la intendente de los Mossos en El Eixample, acusada de no ayudar a la Guardia Civil durante el asedio a la Consejería de Economía del 20 de septiembre de 2017. Laplana sostuvo en todo momento que no estuvo al mando del operativo de la policía catalana, que jamás conspiró para no asistir a la comitiva judicial y que nunca ha participado en reuniones para impulsar el 'procés'.