Torra se planta y desafía al Supremo

El Estatuto de Cataluña exige la condición de diputado para poder investir un presidente. Pero en el entorno del jefe del Ejecutivo catalán señalan que de acuerdo al Estatuto y a la Ley de la Presidencia, por dejar de ser parlamentario no hay que concluir que se pierda la condición de presidente. En unos meses, no obstante, el Supremo puede convertir en firme la sentencia por desobediencia del TSJC y en ese caso Torra tendrá que cesar, salvo que antes convoque elecciones.

Aun así, el presidente de la Generalitat anunció este viernes que no está dispuesto a acatar ninguna decisión sobre su inhabilitación. «No reconocemos los efectos que pueda tener esta resolución», advirtió. Hace una semana, Torra instó al independentismo a «plantarse» ante el continuo goteo de decisiones judiciales que convierten el escenario político catalán en un campo de minas.

Al poco de conocerse la decisión del Supremo, Torra convocó este viernes de urgencia a la plana mayor del independentismo en la sede del Ejecutivo catalán. Buscó la unidad y quiso escenificar que todo el secesionismo está con él, igual que en el pleno parlamentario del sábado sábado. No faltó nadie. Reunió a su Gobierno y citó al presidente de la Cámara catalana, Roger Torrent, a los miembros independentistas de la Mesa del Parlament y a los líderes de los grupos parlamentarios secesionistas de JxCat, ERC y la CUP.

Torra tiene cinco días para presentar recursos ante la decisión del Supremo y de momento no tiene intención de dejar de ser diputado y mucho menos presidente de la Generalitat, a pesar de que tanto el PP como Ciudadanos ya le dan trato de expresidente y exdiputado. El dirigente nacionalista calificó la resolución del alto tribunal de «golpe de Estado a la soberanía del Parlament» y advirtió de que el Parlament es el «único» que puede «decidir quién pierde la condición de diputado».

Aviso para navegantes y la patata caliente que pasa a manos de Roger Torrent, lo que puede abrir un nuevo frente de conflicto en la interminable disputa entre JxCat y Esquerra. Torra ha decidido en los últimos días ganar protagonismo en la pugna que libran la dos fuerzas independentistas. Trata de evitar que todos los focos se centren en Esquerra, que se ha ganado un papel clave en Madrid y desde el espacio postconvergente se esfuerzan en presentar a los republicanos como unos 'botiflers' (traidores). Primero por su decisión de facilitar la investidura de Sánchez, más tarde por negarse a abrir la prisión a las bravas a Junqueras para que el lunes pudiera estar en Estrasburgo y ahora instándoles a plantarse, lo que puede tener consecuencias penales, como les recordó este viernes el PP.

De entrada, Torrent dijo que Torra es «diputado de pleno derecho». El presidente del Parlament se mostró dispuesto a asumir todas las consecuencias para defender al presidente de la Generalitat, pero esta legislatura se ha negado dos veces a ir tan lejos como le pedían sus socios de JxCat: frustró el intento de investir a distancia a Puigdemont y acató la suspensión como diputados decretada por el juez Llarena.

Torrent dijo este viernes que la Junta Electoral «no es un órgano competente para retirar el acta a nadie» y garantizó que Torra podrá participar, con su voto de diputado, en el próximo pleno del 20 de enero. El presidente de la Cámara catalana y dirigente de ERC anunció que la Mesa aprobará el martes que viene presentar un recurso ante el Supremo.

La Junta Electoral Provincial de Barcelona complicó el panorama para Torra. A última hora de este viernes ejecutó la resolución de la Junta Electoral Central y despojó al presidente catalán de su acta dediputado. Su puesto será ocupado, en teoría, por Ferran Mascarell, el siguiente candidato de la lista de JxCat.